Page 124 - Cómo hacer que te pasen cosas buenas: Entiende tu cerebro, gestiona tus emociones, mejora tu vida (Spanish Edition)
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APRENDE A EXPRESAR TUS EMOCIONES
Cuando uno no es capaz de hacerlo, a veces espera que sea la otra persona la que se
dé cuenta del daño cometido. La realidad es que, la mayoría de las veces, los que juzgan,
critican o hieren no lo hacen con maldad. Incluso ignoran el daño que causan a otros.
Existen personas que disfrutan ofendiendo y agraviando a otros, pero son los menos. En
estos casos hablamos, por ejemplo, de personas con trastornos de personalidad severos.
El afectado por un trastorno antisocial, comúnmente llamado psicópata, disfruta haciendo
daño a otros y lo realiza con intencionalidad de herir.
Por otro lado, existen personas con una alta sensibilidad y vulnerabilidad a los
comentarios y actos de otros. Poseen una piel psicológica excesivamente fina y hay que
tratarlas con esmero porque a la mínima se sienten ofendidas.
EL CASO DE BEATRIZ Y LUIS
Beatriz y Luis llevan seis años casados. Tienen tres hijos pequeños, el mayor
de tres años y dos mellizos de un año. Luis es un arquitecto que durante
muchos años trabajó y viajó bastante, pero tras la crisis económica ha
sufrido de forma considerable; ha cambiado de trabajo y ahora acepta
proyectos tipo freelance para mejorar su sueldo. Luis es directo, impulsivo,
rápido y eficiente, perfeccionista: se fija en los detalles y le gusta que todo
esté bien. Ve las cosas con claridad y expresa en todo momento lo que
siente. Beatriz es decoradora —se conocieron en un proyecto de
remodelación de un edificio de interés cultural en el norte de España y al
poco se hicieron novios y se casaron—. Ella viene de una familia donde es la
mayor de cuatro hermanas. Tiene una relación muy próxima con sus
hermanas y con su madre. Siempre ha sido muy sensible. Su padre estuvo
enfermo muchos años por un problema renal y ella ha ayudado siempre a
su madre en todo. Tiende a «tragarse» todo lo malo que sucede para no
preocupar a nadie en exceso.
Beatriz acude a mi consulta porque desde hace unos meses está triste,
apática y sin fuerzas. Lo relaciona con el nacimiento de los mellizos, pero ya
han cumplido el año y sigue sin levantar cabeza. No consigue disfrutar con
nada y en algunos momentos del día, cuando Luis está trabajando, se
encierra en su cuarto a llorar. Intenta disimular delante de sus hijos.
Cuando su marido vuelve a casa, cansado y ligeramente irritable —cuesta
más ganar el dinero—, ve juguetes por el suelo, la casa desordenada y a los
niños llorando y exige a gritos que todo se ponga en orden rápidamente y
que los niños cenen rápido y no hagan ruido porque quiere meterse en el
salón a ver las noticias sin nada que lo moleste.
Beatriz, callada, no dice nada, ordena, limpia, prepara la comida… y,
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