Page 103 - MARX DOSCIENTOS AÑOS DESPUÉS (2018)
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Marx: doscientos años después (1818-2018)

            pregunta sobre el sujeto, una pregunta que origine al sujeto
            neurótico.

            Todo lo  que se origina de este modo  es  un sujeto  perverso
            que  cree  que  cada  uno  de  sus  actos  sirve  efectivamente  al
            goce del  otro sin  falla  alguna. Pues  no hay  el  más mínimo
            espacio para plantear una duda que ponga en entredicho su
            actuar.  Cada  acto  suyo  es,  al  igual  que  él,  enteramente
            completo.  Completitud  dada  por  el  constante  llenado  del
            vacío que permitiría hacer preguntas. Dicho de otra manera,
            el sujeto eternamente consumidor desaparece bajo una forma
            inflada y completa cubriendo su eterno adolecer con los logos
            que  lo  sobrepasan.  Estamos  frente  a  la  producción  de  un
            sujeto    eternamente     “adolescente”     que    consume
            constantemente tratando de resolver su situación frente a esta
            falta, frente a este adolecer.

            A partir de este último argumento en el que la fetichización
            de la mercancía hace que el sujeto desaparezca dentro de la
            lógica de la satisfacción-consumo, lo que nos queda es tratar
            de esgrimir algunas consecuencias.
            El  olvido  del  sujeto  dentro  de  un  sistema  capitalista  que
            autogestiona  sus  propios  vacíos  tal  como  lo  plantea  Marx
            debe encontrarse frente a frente con el  concepto de pulsión
            freudiano que hace que éste olvido no sea sin consecuencias.
            Imbriano,  A.  (2010)  afirma  que,  “el  discurso  capitalista
            produce  un  sujeto  adolecente  cuya  única  salida  es  la
            emergencia en lo real, su patentización en lo real.” (p. 125)
            Ésta patentización podemos leerla en frases que resultan de
            uso  común  en  la  actualidad:  “lo  hago  para  sentirme  vivo”,
            “sólo así siento que existo”, entre otras tantas que refieren a
            esta  necesidad  de  ex–sistir.  De  que  su  ser  venga  dado  por
            algo externo.





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