Page 576 - El Señor de los Anillos
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Sonaron las trompetas. Los caballos piafaron y relincharon. Las lanzas
restallaron contra los escudos. Entonces el rey levantó las manos y con un ímpetu
semejante al de un vendaval, la última hueste de Rohan partió como un trueno
rumbo al oeste.
Sola e inmóvil, de pie delante de las puertas del castillo silencioso, Eowyn
siguió con la mirada el centelleo de las lanzas que se alejaban por la llanura.