Page 614 - El Señor de los Anillos
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Théoden—. ¿Así que éstos son los miembros perdidos de tu Compañía, Gandalf?
Los días parecen destinados a mostrar nuevas maravillas. Muchas he visto ya
desde que partí de mi palacio; y ahora aquí, ante mis propios ojos, aparece otro
personaje de leyenda. ¿No son éstos los medianos, los que algunos llaman
Holbytlanos?
—Hobbits, si sois tan amable, señor —dijo Pippin.
—¿Hobbits? —dijo Théoden—.Ha habido cambios extraños en nuestra
lengua; pero el nombre no parece inapropiado. ¡Hobbits! Nada de cuanto había
oído decir hace justicia a la realidad.
Merry saludó con una reverencia; y Pippin se puso de pie y saludó también
haciendo una reverencia.
—Sois generoso, señor; o espero que yo pueda interpretar así vuestras
palabras —dijo—. Y he aquí otra maravilla. Muchas tierras he recorrido desde
que salí de mi hogar y nunca hasta ahora había encontrado gente que conociera
alguna historia acerca de los hobbits.
—Mi pueblo bajó del norte hace mucho tiempo —dijo Théoden—. Pero no
quiero engañaros: no conocemos ninguna historia sobre los hobbits. Todo cuanto
se dice entre nosotros es que muy lejos, más allá de muchas colinas y muchos
ríos, habitan los Medianos, un pueblo que vive en cuevas en las dunas de arena.
Pero no hay leyendas acerca de sus hazañas, porque según se dice no han hecho
muchas cosas, y evitan encontrarse con los hombres, teniendo la facultad de
desaparecer en un abrir y cerrar de ojos; y pueden modificar la voz imitando el
trino de los pájaros. Pero al parecer habría más cosas que decir.
—En efecto, señor —dijo Merry.
—Para empezar —dijo Théoden— no sabía que echabais humo por la boca.
—Eso no me sorprende —respondió Merry—; pues es un arte que
practicamos desde hace poco. Fue Tobold Corneta, de Vallelargo, en la Cuaderna
del Sur, el primero que cultivó en su jardín un verdadero tabaco de pipa hacia el
año 1070 de nuestra cronología. Cómo el viejo Toby consiguió la planta…
—Cuidado, Théoden —interrumpió Gandalf—. Estos hobbits son capaces de
sentarse al borde de un precipicio a discurrir sobre los placeres de la mesa, o las
anécdotas más insignificantes de padres, abuelos y bisabuelos, y primos lejanos
hasta el noveno grado, si los alentáis con vuestra injustificada paciencia. Ya habrá
un momento más propicio para la historia del arte de fumar. ¿Dónde está Bárbol,
Merry?
—Por el norte, creo. Se fue a beber un sorbo… de agua clara. La mayoría de
los ents están con él, siempre dedicados a sus tareas… allá.
Merry movió la mano señalando el lago humeante; y mientras miraban,
oyeron a lo lejos un ruido atronador, como si un alud estuviera cayendo por la
ladera de la montaña. Y a lo lejos un humhuum, el sonido triunfante de los
cuernos.