Page 969 - El Señor de los Anillos
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Pero Aragorn fue a la estancia donde yacía Eowyn, y dijo:
        —Aquí se trata de una herida grave y de un golpe duro. El brazo roto ha sido
      atendido  con  habilidad  y  sanará  con  el  tiempo,  si  ella  tiene  fuerzas  para
      sobrevivir; es el que sostenía el escudo. Pero el mal mayor está en el brazo que
      esgrimía la espada: parece no tener vida, aunque no está quebrado.
        « Desgraciadamente, enfrentó a un adversario superior a sus fuerzas, físicas
      y mentales. Y quien se atreva a levantar un arma contra un enemigo semejante
      necesita ser más duro que el acero, pues de lo contrario caerá destruido por el
      golpe mismo. Fue un destino nefasto el que la llevó a él. Pues es una doncella
      hermosa,  la  dama  más  hermosa  de  una  estirpe  de  reinas.  Y  sin  embargo,  no
      encuentro palabras para hablar de ella. Cuando la vi por primera vez y adiviné su
      profunda  tristeza,  me  pareció  estar  contemplando  una  flor  blanca,  orgullosa  y
      enhiesta, delicada como un lirio; y sin embargo supe que era inflexible, como
      forjada en duro acero en las fraguas de los elfos. ¿O acaso una escarcha le había
      helado ya la savia, y por eso era así, dulce y amarga a la vez, hermosa aún pero
      ya herida, destinada a caer y morir? El mal empezó mucho antes de este día, ¿no
      es verdad, Eomer?
        —Me asombra que tú me lo preguntes, señor —respondió Eomer—. Porque
      en este asunto, como en todo lo demás, te considero libre de culpas; mas nunca
      supe que frío alguno haya herido a Eowyn, mi hermana, hasta el día en que posó
      los  ojos  en  ti  por  vez  primera.  Angustias  y  miedos  sufría,  y  los  compartió
      conmigo, en los tiempos de Lengua de Serpiente y del hechizo del rey; de quien
      cuidaba con un temor siempre mayor. ¡Pero eso no la puso así!
        —Amigo mío —dijo Gandalf—, tú tenías tus caballos, tus hazañas de guerra,
      y el campo libre; pero ella, nacida en el cuerpo de una doncella, tenía un espíritu
      y  un  coraje  que  no  eran  menores  que  los  tuyos.  Y  sin  embargo  se  veía
      condenada a  cuidar  de  un anciano,  a  quien  amaba  como a  un  padre,  y  a ver
      cómo se hundía en una chochez mezquina y deshonrosa; y este papel le parecía
      más innoble que el del bastón en que el rey se apoyaba.
        » ¿Supones  que  Lengua  de  Serpiente  sólo  tenía  veneno  para  los  oídos  de
      Théoden? ¡Viejo  chocho!  ¿Qué  es  la  casa  de  Eorl  sino  un  cobertizo  donde  la
      canalla bebe hasta embriagarse, mientras la prole se revuelca por el suelo entre
      los perros? ¿Acaso no has oído antes estas palabras? Saruman las pronunció, el
      amo  de  Lengua  de  Serpiente.  Aunque  no  dudo  que  Lengua  de  Serpiente
      empleara  frases  más  arteras  para  decir  lo  mismo.  Mi  señor,  si  el  amor  de  tu
      hermana hacia ti, y el deber no le hubiesen sellado los labios, quizás habría oído
      escapar  de  ellos  palabras  semejantes.  Pero  ¿quién  sabe  las  cosas  que  decía  a
      solas, en la oscuridad, durante las amargas vigilias de la noche, cuando sentía que
      la vida se le empequeñecía, cuando las paredes de la alcoba parecían cerrarse
      alrededor de ella, como para retener a alguna bestia salvaje?
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