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Las dial´ ecticas naturales

                      Cuadro 1: Correspondencia c´ osmica entre los zu˜ nis.
                direcci´ on  color  totem          estaci´ on  “elemento”
                Norte     amarillo  grulla, pavo   invierno  viento
                Oeste     azul    oso, coyote, hierba  primavera  agua
                Sur       rojo    tej´ on, ma´ ız, tabaco  verano  fuego
                Este      blanco  ciervo, ant´ ılope  oto˜ no  helada
                Zenit             Sol, cielo, ´ aguila
                Nadir             agua, v´ ıbora, sapo

                No est´ a descrita una noci´ on de negaci´ on o de devenir. Un aspecto
             a destacar es que se trata de seis “elementos”, algo m´ as complejo que
             entre los chinos o los griegos.
                El caso m´ as sorprendente de l´ ogica natural es, sin duda, el caso ai-
             mara. Este importante descubrimiento se debe a Iv´ an Guzm´ an de Rojas
             [37] y merece una consideraci´ on destacada. Desde los primeros estu-
             dios que se realizaron de la lengua, llam´ o mucho la atenci´ on el peculiar
             manejo de los sufijos. Ludovico Bertonio la llamaba “maquinaria de
             part´ ıculas”. Sin embargo, este aparato ling¨ u´ ıstico no fue profundizado
             en muchos de sus aspectos, en especial en sus aspectos l´ ogicos.
                Si partimos de la base que el pensamiento l´ ogico debe ser expresado
             a trav´ es del lenguaje, uno de los resultados m´ as importantes que se
             debe derivar de la ling¨ u´ ıstica es la estructura l´ ogica del pensamiento
             espont´ aneo. Ya hemos insistido en este hecho. En el caso de la lengua
             aimara el resultado es sorprendente.
                En el estudio citado se muestra con poderosos argumentos que la
             “maquinaria de part´ ıculas” de Bertonio expresa una l´ ogica coinciden-
             te con la l´ ogica modal de Lukasiewicz. M´ as aun, el pueblo aimara, a
             efectos de asegurarse la comunicaci´ on con el conquistador, adapt´ o la
             lengua espa˜ nola de modo de expresar los diferentes valores l´ ogicos ne-
             cesarios. A t´ ıtulo de ejemplo analicemos algunos casos.
                Existen dos modalidades de la afirmaci´ on con un significado l´ ogico
             diferente. Estas modalidades se expresan mediante sufijos en el aimara
             o, en espa˜ nol, mediante formas idiom´ aticas especiales. Una forma de la
             afirmaci´ on, que expresa que x es verdadero, es:

                  x.pi = x pues
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