Page 9 - Convivencia ética y educación
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Introducción 17
nalmente en nuestro país el derecho de ir y venir. Lo que se
contrapone a la idea de dictadura, en la que ese derecho
queda suprimido. Pero, si soy libre para ir a donde quiera,
necesito ser libre también de la carencia de recursos. Yo soy
libre para decir lo que quiera, soy libre para leer el periódico
que yo quiera, para escribir lo que quiera; pero, para eso,
Muestra gratuita
necesito estar libre del analfabetismo, de la indigencia de la
cultura letrada, de la ausencia de referencias para poder ir
a un museo.
Otro ejemplo: la idea de gratuidad en los equipamientos
culturales es muy vaga, porque la gratuidad, en sí, no basta.
No es suficiente que yo esté libre del pago de la entrada
para ir a un museo, necesito estar libre también de la au-
sencia de referencias, de un repertorio limitado para convivir
con la producción humana en esa área.
! Mi libertad no acaba cuando empieza la del otro, acaba
cuando acaba la del otro.
Finalmente, en el enunciado de Paul Ricoeur, la tercera
definición es sobre lo que son las instituciones justas. Son
aquellas que ayudan a que la vida se vuelva buena para to-
dos y todas. Si una institución –ya sea la familia, el gobierno,
los medios, el sindicato, la iglesia o la escuela– no actúa en
dirección hacia una vida buena para todos y todas, no es
una institución justa. Por eso, no basta con hacer bien las
cosas. Es preciso incluir la idea de hacer el bien. ¿Y qué es
hacer el bien? Es volver la vida buena, plena, para todos y
todas, y eso sirve para cualquier institución en la que se esté,
¡con audacia y esperanza!
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