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Los desarrollos psíquicos se favorecen mediante el uso de pirámides, pero no todas las personas podrán tenerlos y
siempre que los haya será debido a prácticas específicas, ayudadas por la estabilidad orgánica que producen, a la
armonización de la actividad cerebral y de los cuerpos sutiles del ser humano, así como de las correcciones químicas que
produce en el organismo.
Si alguien desea desarrollar sus potencialidades psíquicas, no puede esperar que dormir en una pirámide lo produzca
como un milagro espontáneo. Tendrá, indudablemente, el mejor instrumento, pero no habrá desarrollos sin Voluntad
específica y ciertas disciplinas como aprender el autocontrol mental, la relajación psicosomática profunda, etc.
Para mí, la pirámide es el símbolo de la «Ciencia con conciencia y sentido ecológico». Los arrogantes científicos de los
últimos tres siglos han hecho deducciones parciales y pueriles sobre las pirámides, su historia, sus usos, métodos y
condiciones sociales de su construcción. Pero lo peor ha sido que se han creído fanáticamente sus teorías como cosa
demostrada, impidiendo mayores descubrimientos, especialmente en el campo de la aplicación física, química y biológica.
Eso debe terminar urgentemente, por eso ruego a los arqueólogos jóvenes que superen a sus profesores, abriendo la
mente a otras perspectivas. No faltan demostraciones y fundamentos teóricos y prácticos. Las Pirámides Perfectas, al
contrario de las creencias inculcadas, han sido construidas como «Fuentes de Vida», porque su función física principal es
la acumulación, procesamiento y sublimación vibratoria magnética. Esto quiere decir que su campo magnético actúa como
un filtro donde quedan retenidas partículas atómicas y subatómicas de oscilaciones cada vez más altas, lo que contribuye
en el orden biológico, a una «normalización de funciones químicas» cuyos alcances son sencillamente maravillosos. La
pirámide es, para una civilización muy avanzada, tanto o más importante que el uso de la rueda para una civilización
menor. Una civilización «muy avanzada», es a mi entender, aquella en que sus individuos han pasado de la mera lucha por
la supervivencia, a la etapa de la Búsqueda de la Trascendencia.
En esta civilización nuestra, tan terrible, invasora, violenta y egoísta, hay sin embargo, una gran cantidad de individuos
que están pasando a esa etapa mayor. Por eso es tan importante que comencemos a comprender el valor de la pirámide,
que ha sido en otras épocas como lo es ahora, un salto evolutivo como el descubrimiento del fuego para los cavernícolas.
Un grupo de científicos hemos hecho experimentos durante casi seis años, intercambiando información con otros equipos
de investigación y consultando a diversos especialistas, reuniendo datos de miles de experimentos independientes. Ahora,
para el Lector no hay forma mejor para descubrirla, que viviendo dentro de ella o al menos usándola para dormir,
participando así de un cambio global que no sólo se basa en Internet, genética, y economía.
Lo principal es el cambio interior en cada individuo, tanto en su salud física y mental, como en su desarrollo de la
conciencia.
Los "dioses" que nos legaron estas maravillas desarrollaron tecnologías que aún nos superan, pero con lo que hay es
posible deducir y hasta desarrollar por esa vía, las tecnologías que aquellos usaron para lo puramente utilitario -como
energía eléctrica-, para curarse de todas sus pestes si es que las tuvieron y hasta para realmente "convertirse en dioses"
como clarísimamente nos llega el mensaje maya como los de las demás culturas piramidales.
LA INVESTIGACIÓN CUÁNTICA
En 1966 y 1967 un grupo arqueólogos y físicos árabes y americanos hicieron un experimento con una "Cámara de
Chispas", que sirve para detectar los rayos cósmicos (en realidad subpartículas) que se supone deben atravesar las
pirámides como a cualquier monumento, cualquier montaña y todo el planeta. Pero en las Pirámides de Gizéh no funcionó
así. Los aparatos no registraban ingreso de los rayos cósmicos, sino unas lecturas confusas que sólo podían deberse al
rebote de los rayos a muchos metros de las pirámides. Una parte de las radiaciones no rebotaba, sino que parecía entrar
más de prisa en las moles, mientras que el resto no podía hacerlo. Es decir que el campo piramidal resultó ser -a modo de
filtro- un selector automático de determinadas subpartículas y casi un bloqueo total de radiaciones de alta frecuencia.
Hasta ahí lo que sabía por noticias publicadas en revistas desde más de una década entes de empezar nuestros propios
experimentos cuánticos en 1984.
En América las pirámides construidas por civilizaciones anteriores a los Toltecas, Aztecas, Mayas, Chibchas, Mongulas
e Incas, no carecen de misterios físicos, pero el mercado turístico ha atendido con predilección a las egipcias, así que
aquellas no han sido estudiadas como corresponde por equipos interdisciplinarios. En Asia las hicieron unos desconocidos
antes que la poblaran los Chinos e Hindúes, y desde la antigüedad mejor documentada, los Caldeos, Asirios, los
Babilonios, Sumerios y Etruscos. Estos legado de la sabiduría de las civilizaciones más lejanas que las del tiempo
conocido, los hemos podido descifrar y comprender en sus múltiples ventajas y beneficios con enorme esfuerzo, pero aún
quedan misterios. Aquellos sabios tenían un modo de ser, de sentir y de pensar muy diferentes de los nuestros. Sólo
poniéndonos en su lugar en la medida de lo posible, es que comprendimos que para entender las pirámides debíamos
profundizar en los átomos y más allá de ellos. Nuestro criterio estuvo acertado. Algunas de sus muchas cualidades -las
que más nos interesan por el momento- es la de ser: