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Los realizados en la Gran Pirámide en 1993 por los brasileños Eusebio Galindo y Antonio Pereyra de Milho, resultaron
en que la Red H. forma un circuito casi circular alrededor de la G. P., sin afectar la superficie que ocupa su base y lo
mismo ocurre con las otras pirámides de Gizéh, a pesar de pasar justamente por allí uno de los quince anillos más
poderosos de la Red H., al mismo tiempo que una de las dos sógonas más estables. Es decir que la línea de la Red H. es
desviada por las moles, rompiéndolas hacia su entorno, como una roca en medio de una corriente de agua, pero sin
desgaste. Este fenómeno no ocurre ni siquiera en montañas con alto contenido de minerales, existiendo sólo alteraciones
menores, como ondulaciones o interrupciones puntuales, normales en cualquier sitio.
Esto se confirmó con nuestras mediciones en experimentos menores, pero es un asunto que tiene aún mucha
exploración por delante, como el diseño de un sistema de pequeñas pirámides en serie, para colocar bajo el piso, que
impidan los efectos de la R. de H.. Por ahora, resulta más económico y prácticamente igual de funcional, el colchón
orgónico, compuesto de capas sucesivas de material orgánico (carbón, plástico, lana, etc.) entre capas de mineral no
orgánico (vidrio, arena lavada, etc.). Con estos colchones, lo que se hace en realidad es una especie de condensador
eléctrico que genera un campo magnético de alta frecuencia, capaz de neutralizar la R. de H. pero sin producir daño a los
organismos. Combinados con las pirámides, se logran extraordinarios efectos, por eso los hemos incluido en el diseño de
las casas piramidales. Algunos de los fenómenos que habíamos apreciado en nuestras pirámides de aluminio se debían a
que la Red de Hartmann es anulada o las líneas se desvían.
Pero también hay puntos y líneas más poderosas que el promedio, que hacen que una pirámide pequeña no funcione.
Entre las de más de dos metros de base, me ocurrió sólo con una pirámide experimental en 1984 y con una pirámide que
instalé hace poco. Considerando que he construido e instalado más de cien pirámides mayores de dos metros de base, el
promedio no está mal. De todos modos, la precaución de hacer un pequeño estudio antes de la instalación es lo que ha
asegurado los resultados, evitando en una decena de casos que la Líneas Hartmann arruinaran las funciones.
En todos los casos sólo tuve que cambiar un metro o poco más la ubicación.
En pirámides de menos de ochenta centímetros de lado de base, con baja densidad, la Red H. me ha resultado más
problemática, pero también se trata de objetos más fáciles de cambiar de sitio. De ello se desprende que no hay nada más
práctico y sencillo para detectar un punto geopatógeno (y evitar ponernos allí) que usar una pequeña pirámide. Si no
funciona a pesar de la correcta orientación, podemos marcar ese punto para no permanecer sentados o dormir sobre él.
Las pirámides mayores de seis metros de base y una densidad adecuada, difícilmente se vean interferidas por líneas
menores de la Red H., y evidentemente, la Gran Pirámide, ubicada a en las coordenadas 29º 58’ 51” latitud N y 31º 08’ 57”
longitud E, (prácticamente en su epicentro) se ríe de ella como del tiempo y de las teorías arqueológicas.
En las camas piramidales he podido observar, contrastando mis estudios
con los de un geobiólogo, que los puntos patógenos, que normalmente se
encuentra uno sólo y excepcionalmente dos, en esa superficie de 2,10 x 2,10
m., desaparecen sin ejercer su influencia sobre el plano de la base cuando
se encuentran muy cerca del centro, mientras que los que se hallan cerca de
los bordes se corren hasta medio metro, quedando fuera del campo
piramidal.
No ocurre lo mismo en algunos puntos geopáticos muy poderosos, y si se
tiene la mala suerte de encontrar uno en el sitio donde se pensaba instalar la
pirámide, hay que resignarse a cambiarla de lugar. Igual es una ventaja
detectar dicho punto, donde no sólo no funcionaría la pirámide, sino que
enfermaría cualquier animal o persona (a excepción de algunos gatos) que se quedara allí mucho tiempo, con o sin
pirámide.En estos casos, siempre será visible el desorden magnético con una simple brújula. (En este enlace hay más
información sobre testeo de una habitación)
Entonces tenemos una cuestión de oposición de fuerzas que debe ser muy tenida en cuenta por los experimentadores,
piramidurmientes (piramizetas) y geobiólogos: La pirámide sirve para neutralizar en la mayoría de los casos los puntos