Page 81 - Microsoft Word - Gabriel Silva - Geometria sagrada de las piramides.docx
P. 81
Si la vemos como elemento terapéutico de alto nivel, es también Holística en cuanto a la amplitud de dolencias tratables
con ella. De hecho, hoy en día es el uso que se le da a sus formas más simples, con resultados asombrosos. Si la vemos
como aparato para tratamiento de reacciones nucleares por procesos físicoquímicos, también funciona y no hay objeción
posible a dicha teoría, que es tan "teórica" como ver un plano de un reactor nuclear y decir que sirve para extraer energía
de los átomos. Ya dijimos que Tenochtitlán y Teotihuacán son probadamente antiguas usinas electromotrices, o sea
geomagnetoelectrógenas, pero por algo los aborígenes usan el sitio para realizar curaciones...
Si vemos a la G.P. como una representación esotérica del cuerpo humano, tal como la Lic. Julia Calzadilla la ha
interpretado (o mejor dicho "deducido"), no hallamos errores en dicha interpretación, ni desde el punto de vista esotérico ni
desde el psicológico ni desde la lógica del arte. En la medida que aprendemos los secretos de la geobiología, nos
asombramos con sus efectos de resistencia y/o neutralización de las líneas Hartmann y con la interacción respecto al
campo magnético telúrico en todos sus aspectos. Hay un punto muy importante que ha escapado a la mayoría de los
investigadores físicos, y es la cualidad de resonador vibracional que posee la G.P.. Las "Cámaras de Descarga" que H.
Vyse dinamitó, parecen haber sido reconstruidas, pero existiendo antes y guardándose el mayor parecido posible. La
constitución con ese granito, con el mayor porcentaje de cuarzo que puede tener ese tipo de roca, la convierte en un
difusor de radiación vibratoria en 440 Hz, la propia del sílice y óptima 215 para la vida de las células de todos los
organismos animales superiores y humanos, incluyendo a buena parte del Reino Vegetal. Hemos de tener en cuenta que
nuestro ADN tiene oscilación entre los 40 a 70 GHz (gigahertzios), pero en 440 Hz la resonancia integral es óptima al
conjunto material y submúltiplo en octavas menores de la resonancia del ADN.
El "Hilo de Collar" de la armonía vibracional llevada a sonido, es el FA sostenido. Pues esa es la nota del interior de la
G.P. y las personas de oído sensible la pueden oír. Las bacterias saprófitas, los hongos microscópicos, los virus y demás
microorganismos poseen oscilaciones que van desde los 100 Hz hasta los 430 Hz como máximo. No pueden desarrollarse
en un ambiente con un campo magnético cuya oscilación integral sea superior a eso. Las pirámides, aunque sean de
madera, alcanzan como mínimo los 433 a 437 Hz. si están bien hidrofugadas. Algunos parásitos intestinales oscilan entre
los 350 y los 435 Hz., pero superando esa tasa mueren o no pueden reproducirse. Nuestras actuales pirámides, hechas
con aluminio en aleación con sílice, alcanzan los 439 Hz con seguridad.
Colocando en ellas una masa de cuarzo de unos 300 gramos (preferiblemente en cinco pedazos repartidos en los
vértices), obtenemos una resonancia óptima, es decir los 440 Hz. Markus Salas me regaló una campanilla tibetana, cuyo
sonido está en 441 Hz y corresponde a un FA con fracción de Bemol más alta. Al hacerla sonar en la Piramicama, las
personas sensibles notamos una diferencia interesante. Hemos hecho el experimento objetivamente -sin comentar nada
previamente- con algunas personas. El resultado ha sido una sorprendente percepción indefinible en principio, que al
intentar expresarla en palabras sólo dicen cosas como: "Dale de nuevo, me gusta"...
La sensación de bienestar es similar a la de "elevación espiritual" en la interpretación de los místicos. Cierto es que hay
relación con lo espiritual, pero la causa básica es orgánica. O sea que a los efectos físicos medibles de la pirámide, se
suma el efecto mántrico de un sonido que aumenta en sólo un Hertzio la vibración de modo temporal, pero con resultados
que pueden medirse estadísticamente en un grupo de voluntarios. Entonces los mantrams en tonos altos de los coros
místicos que van a la G.P. y a las de México, no es algo tan sólo "místico", sino que tiene un fundamento físico, por
consecuencia fisiológico, y a partir de ahí -como estímulo- la necesidad de Trascendencia espiritual que despierta.
Según los físicos Balmaceda y Valdés, cualquier pirámide correctamente construida, aún las más simples, tienen un
campo magnético con resonancias que llegan hasta los 35.200.000 Ghz, es decir más allá de la banda vibracional del
cuerpo astral o cuerpo emocional. Hasta ahí es posible calcular las progresiones partiendo de las potencias medibles con
instrumentos. No sabemos si dichas resonancias alcanzan octavas más altas siguiendo la escala arqueométrica, porque
no hay modo de medir o calcular en un terreno desconocido hasta en la teoría física, es decir el nivel vibratorio del Alma,
pero es de suponer que sí.
EL VALOR TERAPÉUTICO DE LAS PIRÁMIDES
Tenemos necesariamente que hablar de dos terrenos terapéuticos diferentes, que aclaramos ahora mismo, a fin de que
el Lector comprenda dichas diferencias. Una cosa es lo que ocurre ADENTRO de la pirámide, y otra muy distinta lo que
ocurre DEBAJO o encima de ella. A lo que ocurre debajo o -más levemente por encima, llamamos ANTI-PIRÁMIDE. En las
finalidades puramente terapéuticas ambas tienen el mismo valor, pero mientras la pirámide (su interior) puede usarse sin
ningún riesgo, la anti-pirámide (el exterior, bajo el plano de la base) debe ser usada sólo por terapeutas.
Dicho de otra manera: Mientras que se puede dormir, vivir o permanecer toda la vida dentro de una pirámide y disfrutar
de sus beneficios, no ocurre lo mismo con la antipirámide, que tiene efectos similares a los de una campo
electromagnético. Aunque con mucho menos riesgo que la magnetoterapia, merece considerarse el hecho de estar
trabajando justamente con un reflejo del campo magnético, que contiene -temporalmente- todo lo que la pirámide tiende a