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patógenos, para detectar esos puntos y hasta para medir su intensidad si se tiene un poco de paciencia. Los sensibles que
pueden determinar intuitivamente la intensidad de los puntos telúricos, lo hacen con la llamada “Tabla de Bovis” o
"biómetro de Bovis" y tienen una línea de trabajo que se basa en la intuición y los propios instintos Estos biómetros
diseñados por el Club Osiris permiten trabajar en muy diversas aplicaciones radiestésicas de percepción (lo que se usa
para "captar" dónde se encuentra un mineral, agua, etc., o determinar la calidad geobiológica de un sitio), pero con un
poco de ingenio se pueden aplicar a la radiestesia de inducción (práctica más difícil porque se trata de emitir una onda de
forma y producir un efecto en un ser vivo, como puede ser inducción de medicación a distancia).
Los más materialistas niegan la certeza que pueden tener estos paranormales, pero olvidan que la moderna
“Radiestesia”, es conocida y practicada desde hace milenios por los tradicionales “Rabdomantes” que usaban –y usan-
varas y péndulos o simplemente sus manos. Ellos consiguen resultados que en nada deben envidiar a los más
modernamente tecnificados que usan sensores electromagnéticos, vibrómetros, gravímetros, osciladores, sismógrafos y
todo un complejo conjunto de herramientas. Los “Magos Modernos” mejor preparados en esta materia no desprecian
ninguna de estas líneas de trabajo. Con los instrumentos de medición material (que a veces dan datos erróneos por
interferencia con emisiones y radiaciones de superficie), se pueden ir comprobando las propias percepciones y hasta hacer
método de bio-feedback para estimular las percepciones extrasensoriales, que cuando se afinan lo suficiente, con el
respaldo de la práctica verificada tecnológicamente, resulta que encontramos en nuestros propios “aparatos incorporados”,
capacidades paranormales que sólo precisan de un poco de estímulo y método para desarrollarse.
Las pirámides pueden servir a sensibles y tecnólogos, especialmente usando las pequeñas, de aluminio o cristal, para
comprobar si funcionan o no, con lo que se determina la potencia de un punto patógeno. Aunque estas comprobaciones
llevan entre dos y cuatro días si se las quiere hacer con todo método y seguridad, bien vale la pena cuando vamos a usar
un lugar para dormir, y más aún si vamos a instalar allí una Piramicama. Pero a los sensibles les sirve por sus propiedades
para armonizar el organismo.
En lo personal, como consecuencia de la práctica, suelo demorar como máximo unas horas en determinar la existencia
e intensidad de los puntos patógenos, pero es de esperar que los expertos que se dedican exclusivamente a la
geobiología, perfeccionen más aún los métodos. Ya que estamos en tema, aclaremos algunos términos: “rabdomancia”
(rhabdos = vara, manteia = adivinación); significa literalmente “Adivinación con la vara”.
El término “radiónica” es muy moderno, significa “medición de radiaciones”, que tiene, lógicamente, los mismos
objetivos, con el criterio del conocimiento causal agregado, respecto a la radiación formada por iones o por subpartículas.
Antes de forjarse la palabra “radiónica”, se utilizó por casi dos siglo la palabra “radiestesia”, del latín radius = emanación,
radiación y aisthesis = sensibilidad, percepción, sentido, con lo que viene a tener el mismo significado general que
rabdomancia, aunque en ella también se encuadre el uso de péndulos y otros elementos. Las pirámides sirven a la línea
de radiónica como instrumento de comprobación física de los fenómenos, detección de los lugares de alto poder geopático,
etc., pero también sirven a la línea de radiestesia o rabdomancia, tanto en la misma forma que a la radiónica como en otra
más interesante aún: La sensibilización del radiestesista o rabdomante. No todas las personas van a desarrollar sus
facultades paranormales con las pirámides, pero ciertamente que los más propensos encontrarán que permaneciendo el
tiempo suficiente y haciendo algunas prácticas con cierta disciplina, el funcionamiento psíquico se incrementará
integralmente de modo extraordinario. Como veremos más adelante, en el capítulo que corresponde, la cuestión
fundamental de la paranormalidad piramidal no está en un poder mágico desconocido, sino en cuestiones físicas y
biológicas muy claramente establecidas.
ACCESORIOS IMPORTANTES EN LAS PIRÁMIDES
Las modernas construcciones piramidales tienen que poseer los elementos de seguridad como pararrayos y otros
accesorios legalmente obligatorios y muy recomendables en cualquier país y para cualquier construcción, aunque no sea
obligatorios, pero también, a fin de tener un uso más adecuado, deben tener una "parrilla de descarga" que regule la
velocidad de los efectos, a fin de evitar sensaciones molestas a algunas personas muy sensibles a los cambios en la
atmósfera magnética. El pararrayos no es necesario si la Piramicasa no se encuentra en una llanura abierta, propensa a
recibir descargas de rayos de las tormentas, o en la parte más alta de la región. Pero si es el caso, se puede hacer una
torre adecuada según los estándares técnicos de los fabricantes.
En realidad el CES o Control Effects System no se trata propiamente de un elemento para descargar nada de la
pirámide, sino todo lo contrario; un ralentizador de la descarga de iones pesados hace que la pirámide, sin ralentizar su
campo magnético, elimine más lentamente los elementos nocivos. Un pararrayos o una descarga de estática, sirven para
bajar a tierra cargas eléctricas. Pero aquí no nos referimos a descarga eléctrica, sino a descarga de iones pesados (iones
positivos). Cuando ésta se produce muy rápido, el organismo siente una gran incomodidad, o sea que a la purga de
radicales libres y otros oxidantes, se suma la pérdida de todo ión positivo (de cualquier elemento) que ande suelto por
nuestro cuerpo. Esto en realidad es muy beneficioso, pero las sensaciones son algo desagradables para algunas