Page 11 - Diálogos Psicoanálisis Número 1
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No es sencillo ya que si el psicoanalista no ubica su lugar ni como sujeto ni como analista, no podrá hacer
clínica, ya que tan sólo la presencia del analista es una manifestación del inconsciente. puesto que el
psicoanálisis no es una psicología más, y es muy fácil perder esa línea, también hay algunos analistas
actualmente que por el hecho de tener el ―saber‖ sobre el inconsciente , se ―santifican‖ sin embargo tampoco
podrá ser el ―todopoderoso‖ y no comprenden que no existe el Otro del Otro, ya que siempre que llega una
persona a análisis siempre es distinto, no se sabe cuál será su historia, sus problemas, es como un libro a
punto de abrir, vas conociendo en primera la demanda y en segunda desde donde te está hablando. Hay que
ser totalmente cuidadosos con la escucha, las estructuras no son para determinarlas por ciertos síntomas si
bien las patologías dan la posición subjetiva del sujeto, sin embargo hay que ver cuál es su posición de ese
sujeto frente al deseo.
En la transferencia habrá algo que el Yo intente rechazar y algo con lo que se pretende rechazar las mociones
que buscan alcanzar el estadio consciente. Es así entonces la resistencia un efecto del yo, producto por el
mismo análisis y generada por la represión. Lo singular de esta dinámica es que estas ocurrencias pueden ser
proyectadas sobre la figura del analista y operan como obstáculo para el trabajo analítico.
Los imagos maternos y paternos, el vínculo que se tuvo con estas desde la primera infancia se reaniman por la
necesidad de amor que caracteriza al conflicto neurótico. Es decir, hay elección bajo el modelo de las figuras
parentales entonces existe una demanda de amor que es dirigida hacia el analista, la cual el analista no debe
ceder a esa demanda, ya que se tiene que mantener la postura de tensar la transferencia, no siempre el analista
debe estar en el supuesto saber. Es necesario desplegar un espacio a la palabra para que el analizante tenga
una mayor posibilidad de expresarse. La técnica pretende cuestionar al sujeto e ir descubriendo su propia
historia que da respuesta a su propia estructura así para que los vacíos puedan ser fecundos.
El analista no se queda en el lugar del saber tiene que ir más
lejos , indagar más allá de su ser; ―Interroguemos lo
que ha de ser el analista (del “ser” del
analista) en cuanto a su propio
deseo” (Lacan, 1958, p.622) y es que es muy fácil caer en
la línea del propio engaño y de la misma transferencia, donde las
resistencias son clave de estropear el análisis, pero ya teniendo el
conocimiento y también cuestionando desde que lugar lo estás
leyendo o percibiendo ya no puedes hacerte de la vista gorda,
principalmente contigo mismo, puesto que el campo del
psicoanálisis también tiene que ver con ese trabajo clínico que
como sujeto tienes que hacer previo a tener una escucha clínica.
Así como lo hizo el mismo Freud que escribió sobre sus propios
sueños, expuso sus propios errores con sus analizantes para
enseñar lo que no se debe hacer con el trabajo analítico.
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