Page 77 - Diálogos Psicoanálisis Número 1
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Cuerpo sexuado en su relación con el deseo del Otro y sacudido por el goce, precisaría Lacan. Retomando “Otra
historia de la sexualidad”, damos cuenta de que el goce, si bien está relacionado con el deseo, es otra cosa,
debido a que “el sujeto se encuentra agujerado por un objeto que ha perdido y que será la causa de su deseo” y
de su angustia también; el sujeto no sabe que se perdió, pero si, se coloca en una constante búsqueda.
Búsqueda impregnada de la singularización de cada individuo, teniendo como resultado la manifestación de los
diferentes sentir/es y pensares. Aunque las refutaciones de las distintas ciencias y dogmas en torno a la
vigencia de la apuesta de la teoría psicoanalítica, -la singularidad del sujeto o el famoso caso por caso-, existe la
posibilidad anamórfica de sostener la puesta en escena, ya sea desde la cuestión estructuralista, la articulación
de los nudos o la relación con el goce.
La vida entonces, implicaría el enlazamiento de acordes de material pulsional con sus respectivas
producciones. Si contamos la historia personal de cada uno de nosotros, podemos dar cuenta que el borde
entre el dolor y el placer aparece difuminado, similar a un espectro del que poco se habla y –si no se analiza- se
sabe.
A manera de conclusión, la formulación desde distintas tópicas para un mismo interrogante de Milan Kundera
en su ensayo titulado “El telón”, me parece ilustrativo:
¿Son realmente las grandes acciones dramáticas la mejor clave para comprender la
naturaleza humana? La narración es un recuerdo, por tanto, un resumen, una simplificación,
una abstracción. El verdadero rostro de la vida, de la prosa de la vida. Y, si lo es, ¿es esa
nuestra dicha o nuestra desgracia?, ¿nuestra humillación, nuestro alivio, nuestra evasión,
nuestro idilio, nuestro refugio?
Y puesto que la realidad necesariamente se encuentra percibida a partir
de la elaboración individual del anudamiento entre lo simbólico, lo ima-
ginario y lo real, y los diferentes afectos determinados por el mal-estar
cultural, podría pensarse que el síntoma se convierte en una experiencia
de vida, y vivir, ES UNA IMPOSIBILIDAD COLECTIVA.
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