Page 76 - Diálogos Psicoanálisis Número 1
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La diferencia principal entre el psicoanálisis y las múltiples disciplinas que trabajan con el psiquismo, es que la
primera establece un corte casi tajante entre la consejería, la readaptación y la modificación de conductas, para
apostarle a la manera en que el sujeto hace frente a su deseo, así como la forma en que se posiciona con
respecto a su entorno, lo que este le provee y especialmente, con su propia historización. Un claro ejemplo de
esta disyuntiva, es la condición en que el psicoanálisis toma postura frente a la subjetividad del sujeto y las
manifestaciones sintomáticas del mismo.
―¿Por qué los hombres y las mujeres caemos tan bajo por un pedazo de carne y un poco de
ilusión?
¿Será acaso que, como replico Jesucristo a su padre segundos antes de su muerte, “no sabe lo
que hace”?
Si nos apegamos al discurso de la señorita Vodka (2017):
nada son casualidades, todo desde un principio
está en la mesa y depende de uno si se sirve
hasta atascarse, hasta vomitar o saborear.
Y es que gracias a esto podemos partir del supuesto de la
satisfacción completa de las necesidades; ya que para el
psicoanálisis no existe satisfacción total –desde Freud se
diferenciaba necesidad de pulsión- existe un modo de
satisfacción anudada al goce; así mismo, son tan diversos
los métodos que se acercan a dicha condición de manera,
¿inadvertida?
Síntoma: forma contraria a la discursiva psiquiátrica y a
las diferentes vertientes de la psique, es aquello que habla
del sujeto. Según Morales (2011), es el enigma escrito en
el cuerpo de aquello que la invocación ignoraba; la
compulsión a la repetición de una petición no elaborada;
el afecto que queda separado de la palabra y se aloja en el
cuerpo.
Por lo que podríamos pensar que la historia de cada
sujeto se encuentra escrita con la grafología de síntomas
anudados al inconsciente, que para el sujeto es lo que reúne en él la condición: o él no es o él no piensa. Así
mismo podríamos enunciar que nuestra vida es solo un constructo entre una débil torre de naipes de enlodados
desamores y deseo. Entonces la historia también está plasmada de dolores del cuerpo, de metáforas, ideales,
fantasmas y narraciones obscenas, tal vez por eso Kundera no duda en describir –haciendo la respectiva
diferenciación con la carne- el cuerpo como una jaula en la que dentro de ella algo mira, escucha, teme, piensa
y se extraña.
El psicoanálisis plantea la tesis de que el sujeto se encuentra conformado por su deseo y la forma en que la se-
xualidad le atraviesa.
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