Page 28 - REVISTA INALIENABLE 1 EDICIÓN
P. 28
tienen vino” (Jn 2, 3) y se convierte en la gran intercesora que, alejada de todo
protagonismo, nos invita a hacer lo que Jesús nos diga (Jn 2, 5).
A los Dominicos nos anima la esperanza de un mundo justo y en paz, por eso
nos alienta dar a conocer que, desde el gesto más pequeño de una persona
hasta las grandes cosas realizadas por una comunidad, podemos hacer que el
mundo cambie. Como lo dijo Fray Dominique Pire, tenemos que empezar por
desarmar nuestro corazón para lograr la paz. Con la ayuda del Espíritu Santo, el
cambio de nuestro mundo empieza desde nuestro ser interior hasta la presencia
y labor particular de cada uno.
Ruego la protección maternal de la Bienaventurada Virgen María, para que
seamos, como ella, asiduos en la escucha de la palabra de Dios y diligentes en
la respuesta a la misión en el encuentro con los hermanos.
Plegaria Padre Domingo, perdónanos.
Hoy no somos nosotros los que alzamos la voz para defender al hombre.
No somos aquellos, intrépidos profetas de larga itinerancia, que sembraron
justicia. Y estando llamados a ser Luz, caminamos como sombras en la noche
de los tiempos.
Padre, no hemos vendido como tú, nuestras pieles muertas para engendrar vida.
Ni contemplamos, como tú, la Encarnación del Verbo y la Pasión de Cristo,
urgiendo siempre a la Misericordia.
Estamos hinchados de luces y de glorias pasadas.
Hemos empobrecido tu obra. Por eso, Padre Domingo, ¡Perdónanos!
Ma. Teresa Sancho Dominica S. F.
Agradezco a Fray Miguel Ángel Espinoza OP, Sor Dilcia Zambrano, Humberto
Rico y a todos mis hermanos, miembros del Equipo de Justicia y Paz OP
Venezuela por el trabajo realizado en la Semana Dominicana y por su
colaboración en la elaboración de este artículo. Un abrazo fraterno.
27