Page 145 - Libros de Caballerías 1879
P. 145

LAS CORONAS DE LA INFANTA


       sentado, hablando e riendo con  las dueñas e don-
       celias. E  dijoles en voz  a^lta, que todas lo oyeron:
         —Honradas dueñas e doncellas, vedes aqui el Ca-
       ballero de la Verde Espada, vuestro  leal sirviente;
       honralde e amalde, que asi lo hace él a todas vos-
       otras cuantas  sois en  el mundo; que poniéndose a
       muy grandes peligros por vos hacer alcanzar dere-
       cho, muchas veces  es llegado al punto de la muer-
       te, según que del he oido a aquellos que sus gran-
       des cosas saben.
         El Emperador  hizo  levantar  dos  infantas, que
       eran hijas del rey de Hungría, e dijoles:
         —Id por mi   hija Leonorina,  e no vengan con
       ella, sino vos ambas.
         Ellas así lo  ficieron, e a poco rato vinieron con
       ella, trayéndola entre sí por los brazos, e como quie-
       ra que  ella viniese muy bien guarnida, todo pare-
       cía nada ante lo natural de su gran fermosura, que
       no había hombre en  el mundo que la viese que se
       no maravillase e no alegrase en la mirar. Ella era
       niña, que no pasaba de nueve años, e llegando don-
       de su madre la Emperatriz estaba, besóle las manos
       con homil reverencia, e sentóse en  el estrado más
       bajo que ella estaba. El Caballero de la Verde Es-
       pada la miraba muy de grado, maravillándose mu-
       cho de su gran fermosura, que le parecía ser más
       fermosa de  las que  él  visto había por  las partes
       donde andado  había,  e membróse aquella hora de
       la muy fermosa Oriana, su señora, que más que a sí
                             141
   140   141   142   143   144   145   146   147   148   149   150