Page 237 - Libros de Caballerías 1879
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£L CABALLERO DE LA FORTUNA


      sarao,  el emperador  se  recojo  al aposento  de  la
      emperatriz, acompañado de Palmerín y sus nietos,
      todos envueltos en  el placer de su vitoria, y  él al-
      gún tanto  triste por no saber quién fuese el caba-
      llero  del  Salvaje,  a  quien  entonces  hiciera muy
      grandes mercedes  si  lo pudiera haber para su ser-
      vicio, porque  sólo para sustentar  la honra  se han
      de desear  los bienes de  fortuna.



                   CAPITULO SEXTO

                EL CABALLERO DE LA FORTUNA


        Entre tanto, sin que nadie pudiera saber cómo ni
      dónde, los más famosos caballeros del mundo, que
      lo recorrían en busca de don Duardos y Prima-
      león y de  los  otros desaparecidos, iban quedando
      presos en las redes de Dramusiando, de modo que,
      al cabo de los años, llegó a estar cautiva en su cas-
      tillo toda la flor de  la caballería. En tales circuns-
      tancias, parecióle al novel caballero Palmerín, aun-
      que mucho  le costaba apartarse de  la vista de su
      amada Polinarda, que no  era decoroso seguir por
      más tiempo gozando de la regalada vida de la corte
      imperial cuando tan falto de caballeros era  el mun-
      do, y así, luego de despedirse en secreto de Polinar-
      da, con la más viva pena, sin ser visto de nadie, sa-
      lió de Constantinopía con la sola compañía de Sel-

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