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LA EDUCACIÓN DE KEPLER
La familia de Johannes decidió que fuera eclesiástico, lo que no le
satisfizo profundamente. Por una parte, no terúa suficiente fortaleza
para las labores agricolas, y, por otra, se puede pensar que vio en
esta oportunidad la forma de alejarse de su alborotado hogar. Pero
MICHAEL MASTLIN
Entre los profesores de Kepler destaca
especialmente uno de ellos: su profesor
de astronomía, Michael Mastlin (1550-
1631). Con él estableció una relación tan
interesante y prolongada durante toda
su vida que, si no por sus propios descu-
brimientos, este hombre sí merecería un
puesto de honor como pedagogo de la
astronomía. Reconoció la valía de Kepler,
empleó su tiempo en enseñarle de forma
individual, siguió todos sus descubri-
mientos a lo largo de su vida, pues Ke-
pler era a él a quien primero se los co-
municaba, le aconsejó en sus avances
científicos y en sus cambios de puesto
de trabajo y mantuvo una interesante y
científica relación epistolar. Este inter-
cambio de cartas cesó unilateralmente cuando Mastlin reconoció que no era
capaz de seguir la investigación de Kepler. Era unos veinte años mayor que
él y siempre fue, no su amigo, sino su maestro, su antiguo profesor. Baste
decir que fue a través de él como Kepler conoció las ideas y el libro de Co-
pérnico (1473-1543). No se lo comunicó en clase, pues las ideas heliocéntricas
eran consideradas perniciosas y le hubieran podido hacer perder su puesto
en la universidad. Se lo dijo personalmente. Kepler recibió la información y
la captó tan espontánea y firmemente que nunca en su vida se le pasó por la
cabeza dudar de la certeza de la hipótesis de Copérnico. Más adelante dijo en
su Epitome: «Consideré mi deber y mi misión defender también hacia fuera la
doctrina de Copérnico, la cual he reconocido como verdadera en mi interior
y cuya belleza me colma de un arrobo increíble al contemplarla». Mastlin
merece por derecho propio un lugar distinguido en la historia de la astronomía.
EL ASTRÓLOGO Y VISIONARIO 25