Page 72 - 13 Pitagoras
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un lugar de máximo prestigio para aprender la excelencia en las
leyes, además de ser la puerta de entrada en Grecia de las ideas
procedentes de Egipto, permanente y antiquísimo ejemplo para la
cultura griega.
La colonización griega favoreció la concordia social, porque
permitió poner a prueba en lugares remotos diversas formas de
utopía política y religiosa que las clases dominantes ahogaban en
las metrópolis. Pitágoras abandonó su isla natal empujado por el
clima político del régimen del tirano Polícrates, que debía de ser
contrario a su proyecto de desarrollar un gobierno basado en prin-
cipios espirituales. Algunos autores afirman que Pitágoras tuvo
que huir por haberse significado en la arena política a petición de
sus conciudadanos, lo que parece sugerir que debió de encabezar
alguna resistencia a las injustas leyes del tirano.
A partir de ese momento, fuentes diversas refieren las visitas
de Pitágoras a oráculos y ciudades como Delos, Delfos, Esparta y
Fliunte, donde algunos aseguran que intentó poner en práctica su
sociedad utópica. Los ensayos fracasaron en las poleis griegas y
así decidió probar suerte en las colonias griegas de Italia.
¿ Qué razones llevaron a Pitágoras a elegir la ciudad de Crotona
como destino? Por un lado, era una ciudad próspera y famosa por
ser el hogar de numerosos atletas vencedores en los juegos olím-
picos. Pero sobre todo se había convertido en un gran centro de la
ciencia griega, principalmente en la medicina. Sus médicos reco-
rrían todo el mundo griego, y algunos de los más notables, como
Demócedes de Crotona (siglo VI a.C.), llegaron a prestar sus servi-
cios en la corte persa, la máxima expresión de la sofisticación y el
boato orientales para la mentalidad de los griegos arcaicos.
EDUCACIÓN PITAGÓRICA
Los discursos que dio el maestro a su llegada a Crotona debían de
contener cierta idea del universo sociopolítico de los pitagóricos.
Dice la leyenda que los notables de la ciudad encargaron al sabio
recién llegado que instruyera a los jóvenes con sus nuevas ense-
ñanzas. Pitágoras dio cuatro discursos presentando sus normas de
72 LA SECTA DE LOS PITAGÓRICOS