Page 14 - Lucado. Max - Como Jesús_Neat
P. 14
CLAVADITIS
Estas son las preguntas que nos hacemos cuando nos sentimos clavados con alguien. Hay una
palabra para especificar esta condición. Al consultar el diccionario médico de una sola palabra (que
escribí el día anterior al de este capítulo), descubrí que esta dolencia común se llama clavaditis . (
Clavado quiere decir que usted está «atrapado». Itis es un sufijo que usted añade a cualquier
palabra que quiere que suene impresionante. Léala en voz alta: clavaditis .) El Manual de Max de
Términos Médicos dice lo siguiente respecto a esta condición:
Los ataques de clavaditis se limitan a las personas que respiran, y típicamente
ocurren en algún momento entre el nacimiento y la muerte. La clavaditis se manifiesta
en irritabilidad, perder los estribos, y en querer hacer una montaña de un grano de
arena. El síntoma común de las víctimas de clavaditis es la repetición de preguntas
que comienzan con quién, qué y por qué . ¿ Quién es esta persona? ¿ Qué es lo que
estaba pensando yo? ¿ Por qué no le hice caso a mi madre?
1
Este prestigioso manual identifica tres maneras para hacer frente a la clavaditis: huir, luchar o
perdonar. Algunos optan por huir: salirse de la relación y empezar de nuevo en alguna otra parte,
aun cuando con frecuencia se sorprenden al ver que la condición aflora igual al otro lado de la
cerca. Otros luchan. Los hogares se convierten en zonas de combate, las oficinas en cuadriláteros
de boxeo y la tensión llega a ser una forma de vivir. Unos pocos, sin embargo, descubren otro
tratamiento: el perdón. Mi manual no tiene modelo respecto a cómo ocurre el perdón, pero la Biblia
sí. Jesús sabía lo que se siente al estar clavado con alguien. Por tres años anduvo con el mismo
grupo. En todas partes y a todo momento veía a la misma docena o algo así de caras, a la mesa,
en la fogata por la noche, a toda hora. Viajaban en el mismo barco, y andaban por los mismos
caminos, visitaban las mismas casas, y me pregunto, ¿cómo pudo Jesús ser tan devoto para sus
hombres? No solo tuvo que soportar sus visibles extravagancias, sino que tuvo que soportar sus
necedades invisibles. Piénselo. Podía oír los pensamientos que ellos no expresaban verbalmente.
Sabía de sus dudas más íntimas; y no solo esto, sabía de sus dudas futuras. ¿Qué tal si usted
supiera todas las faltas que sus seres queridos han cometido y todas las faltas que aún cometerán?
1 Max Lucado, Doctor en Filosofía de Contorsiones Etimológicas, Manual de Max de Términos Médicos ,
Editorial Unapágina, Tonterías, TX, tomo 1, cap. 1, frase 1.
14