Page 41 - Lucado. Max - Como Jesús_Neat
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cosas  que  hacía  antes  con  esfuerzo,  ahora  las  hago  con  facilidad  y  sin  esfuerzo
                    alguno.  No  me  preocupo  por  nada,  ni  pierdo  sueño.  Camino  como  en  el  aire  una

                    buena parte del tiempo. Incluso el espejo revela una nueva luz en mis ojos y cara. Ya

                    no me siento apurado en cuanto a nada. Todo parece andar bien. Cada minuto lo
                    enfrento con calma como si no fuera importante. Nada puede salir mal excepto una

                    cosa: que Dios pudiera salirse de mi mente.



                    1º DE JUNIO DE 1930: ¡Oh, Dios, qué nueva cercanía nos da esto a ti y a mí, darme

                    cuenta de que solo tú puedes comprenderme, que solo tú lo sabes todo! ¡Ya no eres
                    un extraño, Dios! ¡Eres el único ser en el universo que no es parcialmente un extraño!

                    ¡Eres todo dentro de mí: aquí … Pienso luchar esta noche y mañana como nunca

                    antes, sin dejarte ni un instante. Porque cuando te pierdo por una hora, pierdo. Lo que
                    tú quieres que se haga puede hacerse solo cuando tú tienes toda la influencia, todo el

                    tiempo.



                    El lunes pasado fue el día más completamente exitoso de toda mi vida hasta la fecha,

                    en lo que respecta a dar mi día en completa y continua rendición a Dios … Recuerdo

                    cómo al mirar a las personas con el amor que Dios dio, me miraban y reaccionaban
                    como si quisieran acompañarme. Sentí entonces que por un día vi un poco de esa

                    atracción maravillosa que Jesús tenía cuando caminaba por el camino después de un
                    día «embriagado de Dios» y radiante con la comunión interminable de su alma con

                    Dios.
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                ¿Qué  piensa  usted  de  la  aventura  de  Frank  Laubach?  ¿Cómo  respondería  usted  a  sus

            preguntas?  ¿Podemos  tener  contacto  con  Dios  todo  el  tiempo?  ¿Todo  el  tiempo  despiertos,

            dormirnos en sus brazos y despertarnos en su presencia? ¿Podemos lograr eso?

                ¿Es realista esta meta? ¿Está al alcance? ¿Piensa usted que la idea de constante comunión

            con Dios es algo fanática, incluso extrema? Sea lo que sea su opinión respecto a la aventura de
            Laubach,  usted  tiene  que  convenir  con  su  observación  de  que  Jesús  disfrutaba  de  comunión

            ininterrumpida con Dios. Si vamos a ser como Jesús, usted y yo nos esforzaremos por hacer lo
            mismo.



            3 Ibid
                                                                                                                   41
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