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na.  Sin embargo,  otro  fue  el  curso  posterior.  E l producto  del  trabajo  hu-
         mano,  naturaleza  transformada,  se  irá convertiendo  con  el tiempo  de  un
                                  l
         simple  objeto  útil,  que  es o  sustantivo  en  su  forma  natural,  en un  objeto
         que  además  contiene  una  sustancia  creada  por  la  práctica  social:  el  valor.
         Es  gracias  a  esa  virtud  social  de  ser  reconocida como  valor, que  esta  natu-
         raleza  transformada  por  el  trabajo  se convierte en soporte  de  esa  sustancia
         valor,  que  pasa  a  ser  expresión  del  simple gasto  de  energía  humana  conte-
         nido  en  ella  necesario  para  su  conversión  en  objeto  útil,  y  a  partir  de  allí
                                                      l
         la  historia  de  la  evolución  humana  puede  ser eída  a  través  del  hilo  con-
         ductor  del desarrollo  de  esta  forma  social.
             Así  el  objeto,  útil  en  su  forma  natural,  gracias  al crecimiento  del in-
          tercambio  irá desarrollando  esa  propiedad  social  de  ser valor, desde la for-
          ma  más  simple  del  valor,  que  se  expresa  en  el  trueque  accidental,  hasta
          la  moderna  forma  de capital, pasando  por  sus  formas  básicas  de  mercancía
          y  dineso.  E n  esto  reside  el  secreto  para  una  adecuada  interpretación
          de  la  relación  entre  la sociedad  y  la  naturaleza  en  el  moderno  mundo  ca-
          pitalista.  A  partir  del  momento  en  que  los  productos  del  trabajo  no  son
          sólo  objetos  útiles  sino  valores,  dinero, capital, la naturaleza ya no  es  sólo
          fuente  de  materia  que  transformada  satisface  necesidades  naturales  del
          hombre,  sino  soporte  material  de  ese  valor,  sea  dinero  o  capital. De  aquí
          en  más el  metabolismo  sociedad  —naturaleza  estará  subordinado  y  regula-
          do  por  la  dinámica  que  rige  al  movimiento  de  esta  categoría  social  que  es
            a
          la cumulación  del capital.
             Así  se  dio  un  doble  movimiento.  A  la vez  que  la capacidad  producti-
          va  del  trabajo  social  se  fue  desarrollando  y  la  sociedad  se  fue  emancipan-
          do  cada  vez  más  de  sus  determinantes  naturales  pasando  a  regir  su  movi-
          miento  por  determinantes  sociales,  a  través  de  los  diferentes  modos  pro-
          ductivos,  las  formas  del  valor  fueron  evolucionando hasta  lograr, primero,
                                                             s
          su  forma  social  a u t ó n o m a  con  el  dinero  y,  luego,  la ubordinación  de  la
          sociedad  y  su  movimiento con  el capital.  Así  la  naturaleza  pasó,  de  ser el
                            l
          factor  absoluto  en a  determinación  de  todo  lo  que  existe,  a relativizar su
          influencia  en la conducta  histórico  social  de  los hombres,  hasta  subsumirse
          junto  con  los  aspectos  naturales  de  la sociabilidad humana,  al  nuevo  rey
          de la reación:  el valor hecho capital.
               c
             Este  doble  movimiento  podemos  leerlo  en  la  historia  a  través  de  la
          oposición  y  lucha  entre  el  valor  de  uso  y  el valor. Para ello,  precisemos  el
          concepto  de  valor  de  uso  .  Designamos  así  a  la propiedad  que  tienen  los
          objetos  de  satisfacer  necesidades  humanas,  de  ser  útiles  por  sus  propieda-
          des  naturales.  Por  ejemplo  el  maíz  es  útil  como  alimento  por  sus  caracte-
          rísticas  naturales  que  como  planta  tiene,  independiente  de  la forma  social
          en  que  fue  producido  y  que  adopte  como producto.  A su  vez  las  necesida-
          des  humanas  están  determinadas  por  sus  necesidades  biológicas,  que  se
          desprenden  de  su  naturaleza  humana,  en  lo  que  incluimos las  necesidades
          mentales  e  intelectuales,  y  estas  necesidades  en  esencia  han  sido  y  son bá-
          sicamente  las  mismas:  alimentarse,  protegerse  de  las  inclemencias  del  cli-
          ma,  preservar  su vida  y la de  la especie,  o  sea reproducirse. Descritas así no
          difieren  en  nada  de  las de  cualquier otro animal, y así  es.
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