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tarios tales como “¿Te animas?”, “¿No es muy difícil?”, “Yo no entiendo cómo podes con todo”, “Debes
ser muy inteligente”. Y otros prejuicios más fuertes, como “la informática te idiotiza” o “yo no podría
estar aislada así del mundo, me gusta trabajar con gente”.
Esta visión de la informática como una actividad poco femenina, o poco natural para una mujer, se refleja
directamente al elegir profesión ya que menos del 20% de los profesionales en el área son mujeres. Esta
proporción se refleja a nivel local y también a nivel mundial. Y disminuye cada vez más. Cuando comencé
a estudiar, el comentario generalizado era “Es la carrera del futuro” y daba igual si el estudiante era hom-
bre o mujer. ¿Qué cambió, entonces, en estos treinta años?
Algunos números
En 2008, el “U.S. Bureau of Labor Statistics” predijo que en 2018 habría 1.4 millones de puestos de
trabajos disponibles en el área de tecnología en USA y que, de acuerdo a la tasa de estudiantes que se
graduaban en el área de ciencias de la computación en ese momento, solo el 61% de esos trabajos se
podrían cubrir, y de estos, solo el 29% serían cubiertos por mujeres.
Algunas de las empresas más importantes en el área de TI han publicado sus propias estadísticas res-
pecto a la participación de mujeres en sus empresas. Según publica Google, el 30% de sus empleados
son mujeres. Sin embargo, al considerar los puestos relacionados con tecnología, solamente el 17% está
cubierto por mujeres. En Microsoft, los números son similares: 28% y 16,6% respectivamente.
En Uruguay las cifras se repiten. El informe “La industria TIC en Uruguay” realizado por Uruguay XXI en
agosto de 2014, indica que “Entre las principales particularidades del empleo en el sector TIC uruguayo
se destaca, en primer lugar una alta masculinización de los ocupados habiendo una relación 70 – 30 entre
los hombres y las mujeres ocupadas en la industria TIC, respectivamente” (sic).
La Cámara Uruguaya de Tecnologías de la información (CUTI) realizó un trabajo en base al Anuario Esta-
dístico del Ministerio de Educación y Cultura (MEC) de 2013, el cual “pretende analizar el comportamien-
to de las carreras vinculadas a TI en el periodo de 2002 a 2012, con el fin de evaluar la disponibilidad ac-
tual de los RR.HH en la Industria” (sic). Dicho informe concluye que el ingreso femenino es notoriamente
bajo comparado al masculino, solo un 17.5%, que el promedio de egreso para el género masculino es
muy bajo, egresó solo el 49.8% mientras que el género femenino tiene una tasa superior, egresando el
62.9% y que “La brecha de género es muy significativa y se mantiene con el correr del tiempo a pesar de
las campañas de sensibilización que hacen los diferentes centros educativos.” (sic).
En el artículo “Mujeres e Ingeniería en Computación de la UDELAR, Uruguay: Cambios y permanencias”,
realizado por Cecilia Tomasini y María E. Urquhart, en 2011, se concluye que “Entre la persistencia de
las desigualdades se subraya que hace más de 20 años que las mujeres que ingresan en esta carrera no
varían numéricamente, a diferencia de los varones, quienes a partir del éxito proyectado en el mercado
laboral se inscriben en mayor medida a la misma.” (sic).
Quizás lo más llamativo es que en varias partes del mundo, incluyendo en Uruguay, el porcentaje de mu-
jeres estudiando carreras en TI en 1985 era superior al 35%. De nuevo cabe la pregunta, ¿Qué cambió,
entonces, en estos treinta años?
Cabe destacar que la Comisión Europea (European Commision) realizó en 2013, el informe “Women ac-
tive in the ICT sector”, en el que indica que “incluir más mujeres en los trabajos digitales podría generar
un crecimiento anual del PBI en la Unión Europea de 9 billones de euros” (sic).
¿Por qué las mujeres no eligen la informática como profesión?
La primera programadora de computadoras fue una mujer. Nacida el 10 de diciembre de 1815, Ada Lo-
velace fue matemática y escritora y amiga de Charles Babbage, un matemático que inventó la máquina
para realizar cálculos, conocida como “difference engine”. En las notas que Ada realizó acerca de cómo
se podrían crear códigos para programar este dispositivo, diseñó el primer algoritmo para ser procesado
Revista de la Facultad de Ingeniería