Page 93 - Edición N° 26
P. 93
no será mejor, para el objetivo de desacon El criminólogo español Antonio García— Pablos
sejar la comisión de crímenes, la existencia de Molina desarrolla muy bien este tema,
de sanciones claramente descritas en la ley? explicando la posición de los libero arbitristas
de la siguiente manera: “La mayor severidad
Como bien apunta el p ro p io Lesch, "lo de las penas y la certeza, también mayor, de la
intimidación como función de la pena desempeña efectiva imposición de las mismas producirá,
un papel im p o rta n te entre los prácticos según esto, un indiscutible impacto disuasorio en
del Derecho penal"9, y no existen mejores la comunidad, con el consiguiente descenso de
exponentes del pragmatismo que aquéllos que la delincuencia. El riesgo comprobado de recibir
realizaron un enfoque económico del derecho y una pena (que resulta de la probabilidad de ser
de la criminalidad, como son los libero arbitristas capturado, condenado y ejecutado el castigo)
de la opción racional. disuade, sin duda, a una parte de la sociedad
de la comisión de delitos por miedo al castigo.
Estos pensadores co n clu ye ro n que el Dicho efecto contra m otivador en las penas
potencial criminal hace una elección racional privativas de libertad guarda estrecha relación
Facultad de Derecho de la U niversidad de Lima
y libre al m om ento de escoger el camino con la duración de aquéllas. Por ello, la pena
de la criminalidad, ponderando los costes y capital tiene un obvio impacto intim idatorio
beneficios de su eventual comportamiento. en homicidas potenciales, superior al de la
Así, entre los beneficios que consideraría el pena perpetua de privación de libertad. Desde
individuo, están las ganancias económicas, la tal óptica economicista, los mecanismos de
asunción de prestigio y confort, la satisfacción autoprotección empleados por las víctimas en
de una meta personal (incluso sentimental), el potencia del delito'0 elevan los costes de éste, al
respeto de su entorno, etcétera. Por otro lado, dificultar y encarecer su ejecución"".
los costes a sopesar serían los de la privación
de la libertad, las pérdidas económicas propias Ahora bien, ¿qué tan racional es realmente el
de la defensa, la pérdida de prestigio y confort, ser humano? La amenaza de la sanción penal
así como el respeto de su entorno; todo esto puede estar escrita en la norma, pero es difícil
en el escenario probable de que el potencial imaginar a un potencial criminal consultando
delincuente sea descubierto. el Código Penal antes de decidir si comete o no
el delito. Es verdad también que existen medios
En consecuencia, la solución lógica que sugieren
por alum nos de la criminalidad, es la de la racionalización de la propia periodísticos; sin embargo, parecen no ser lo
de difusión de esta amenaza, principalmente
los libero arbitristas a esta racionalización de la
suficientemente útiles como para servir de
herramientas para un correcto proceso racional
respuesta legal al delito. En dicha línea, si el criminal
del criminal en la ponderación de los costos y
hace un análisis de los costes y beneficios antes de
beneficios de su pretendido comportamiento
tomar la decisión de delinquir, lo que corresponde
¡lícito. García — Pablos de M olina explica
Revista editada es elevar los probables costos para disuadir el crimen persiste, no obstante la amenaza
la comisión del delito. Desde una perspectiva
este fenóm eno a p a rtir de las modernas
orientaciones psicoanalíticas, señalando que
económica de la criminalidad, esto supone que la
sanción penal debe tener características claras de
del castigo, por una "defectuosa interiorización
severidad, celeridad y certeza.
126 9. Ibíd., pág. 48.
ADVOCATUS 11. GARCÍA— PABLOS DE MOLINA, Antonio Criminología. Fundamentos y Principios para el Estudio Científico del Delito,
10. Se trata de los mecanismos de seguridad tales como los blindajes, rejas, claves secretas, personal de protección,
por ejemplo.
la Prevención de la Criminalidad y el Tratamiento del Delincuente. Primera Edición Peruana. Instituto Peruano de
Criminología y Ciencias Penales - Centro de Educación Continua. Lima, 2008, pág. 275.
9 0 E f r a í n V a s s a l l o S a m b u c e t i