Page 57 - La Rebelión de los Bolsillos Rotos
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La Rebelión de los Bolsillos Rotos
te reclamarán el alma; las cosas que preparaste, ¿para
quién serán?' (Lc 12 16-21).
Ser necio, al estilo del hombre rico de la parábola no es por
tener riqueza (Jesús no censura el dinero en sí mismo, como
tampoco a los hermanos que poseen riqueza material, lo que
denuncia es el excesivo apego que lleva a perder la cordura,
arrojándonos a una vida desprovista de sentido, triste, vacía,
en donde sólo importa acumular), es por hacer de las rique-
zas su seguridad sin tener en cuenta que la muerte es el
desenlace de todo mortal.
La ceguera es una característica de la codicia y quien co-
loca su empeño en perseguir el dinero con un corazón ence-
guecido terminará dejando de ver a los necesitados. El rico
no solo se olvidó de la muerte por creerse dueño de la vida,
sino también de sus semejantes.
Cuando se pierde el sentido sobre el buen uso del dinero,
la persona tiende a instalarse en sus comodidades y se olvida
de la misión a la que fue llamado. En el pasaje de la Transfi-
guración (Mt 17, 1-9), se relata que Pedro dijo a Jesús: “Se-
ñor, bueno es estarnos aquí. Si quieres, haré aquí tres tien-
das, una para ti, otra para Moisés y otra para Elías” El ins-
talarse no permite incluirse en las realidades que vive la hu-
manidad, aísla a la persona y la convierte en un espectador,
“balconea la fe” y su misión se virtualiza asincrónicamente.
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