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El manual de referencia de SM para este curso está organizado en todos sus temas de

                  acuerdo con la siguiente distribución en tres grandes bloques diferenciados:

                      •  Comprensión lectora; Comunicación; Taller de Comunicación.

                      •  Ortografía en uso; Gramática.

                      •  Literatura; Conoce los textos; Comentario de textos; Taller literario.

                  Tal reparto nos obliga a preguntarnos qué bloque falta atendiendo a los cuatro en los que

                  se desarrolla el contenido curricular de la E.S.O, a través del Real Decreto 1105/2014, de
                  26 de diciembre y la Orden de 14 de julio de 2016. El bloque de Comunicación escrita

                  (leer y escribir) es el que se encuentra en el libro de texto en primer término, después está
                  el bloque de Conocimiento de la lengua y, por último, Educación literaria. Por tanto,

                  comprobamos  que  el  bloque  de  Comunicación  oral  no  tiene  cabida,  solo  en  escasas

                  ocasiones se trabaja la oralidad integrada en el primer gran espacio que el libro reserva
                  en todos sus temas, que en general es de Comunicación escrita (leer y escribir).


                  Al advertir esta carencia me propuse crear la secuencia didáctica “Entre bambalinas”. Mi
                  objetivo no era solo que mi alumnado adquiriese las destrezas del bloque de Educación

                  literaria donde estaba encasillado en el manual, si no que a partir de Laboratorio de

                  actores  tuvieran  la  posibilidad  de  emplear  las  destrezas  orales  a  través  de  juegos
                  dramáticos y que se pudiese aprender teatro en el aula, como literatura viva que es, desde

                  la práctica. Esta forma de aprender teatro, haciendo teatro, se explica muy bien por la
                  naturaleza del propio texto dramático, Bobes lo expresa así:


                        El texto dramático no admite una equiparación con los demás textos literarios, porque,
                        aunque coincide con ellos en utilizar como medio expresivo el lenguaje verbal, se distancia

                        de los otros géneros en que está destinado a la representación y, por esta finalidad, utiliza
                        el lenguaje de forma particular, por ejemplo, con una gran profusión de deícticos, en forma
                        dialogada, etc.  (Bobes 1997a, págs. 19-20).


                  En cuanto al juego dramático, descrito como “proyecto oral, de carácter dramático, en
                  donde las acciones que se derivan de un tema, previamente elegido por los jugadores, se

                  basarán esencialmente en la improvisación” (Cañas 1999, pág. 50), este no solo mejora

                  la  expresión  oral  y  la  competencia  comunicativa,  sino  que  también  favorece  la
                  creatividad, la interrelación entre los participantes, y favorece a vencer la timidez para

                  expresarse y actuar ante el resto de compañeros en el aula. Además, puede potenciar las





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