Page 13 - TFM MAES CELIA MURILLO
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El manual de referencia de SM para este curso está organizado en todos sus temas de
acuerdo con la siguiente distribución en tres grandes bloques diferenciados:
• Comprensión lectora; Comunicación; Taller de Comunicación.
• Ortografía en uso; Gramática.
• Literatura; Conoce los textos; Comentario de textos; Taller literario.
Tal reparto nos obliga a preguntarnos qué bloque falta atendiendo a los cuatro en los que
se desarrolla el contenido curricular de la E.S.O, a través del Real Decreto 1105/2014, de
26 de diciembre y la Orden de 14 de julio de 2016. El bloque de Comunicación escrita
(leer y escribir) es el que se encuentra en el libro de texto en primer término, después está
el bloque de Conocimiento de la lengua y, por último, Educación literaria. Por tanto,
comprobamos que el bloque de Comunicación oral no tiene cabida, solo en escasas
ocasiones se trabaja la oralidad integrada en el primer gran espacio que el libro reserva
en todos sus temas, que en general es de Comunicación escrita (leer y escribir).
Al advertir esta carencia me propuse crear la secuencia didáctica “Entre bambalinas”. Mi
objetivo no era solo que mi alumnado adquiriese las destrezas del bloque de Educación
literaria donde estaba encasillado en el manual, si no que a partir de Laboratorio de
actores tuvieran la posibilidad de emplear las destrezas orales a través de juegos
dramáticos y que se pudiese aprender teatro en el aula, como literatura viva que es, desde
la práctica. Esta forma de aprender teatro, haciendo teatro, se explica muy bien por la
naturaleza del propio texto dramático, Bobes lo expresa así:
El texto dramático no admite una equiparación con los demás textos literarios, porque,
aunque coincide con ellos en utilizar como medio expresivo el lenguaje verbal, se distancia
de los otros géneros en que está destinado a la representación y, por esta finalidad, utiliza
el lenguaje de forma particular, por ejemplo, con una gran profusión de deícticos, en forma
dialogada, etc. (Bobes 1997a, págs. 19-20).
En cuanto al juego dramático, descrito como “proyecto oral, de carácter dramático, en
donde las acciones que se derivan de un tema, previamente elegido por los jugadores, se
basarán esencialmente en la improvisación” (Cañas 1999, pág. 50), este no solo mejora
la expresión oral y la competencia comunicativa, sino que también favorece la
creatividad, la interrelación entre los participantes, y favorece a vencer la timidez para
expresarse y actuar ante el resto de compañeros en el aula. Además, puede potenciar las
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