Page 26 - HOMO_VIDENS
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Y  es  que  dar  por  segura  una  opinión  no  equivale  en  modo  alguno  a  prever  un
                      comportamiento.  Un  parecer  sobre  una  issue,  sobre  una  cuestión,  no  es  una
                      declaración de intencion de voto.

                      Por  otra parte,  tenemos  el problema de la fácil  manipulación de  los  sondeos (así
                      como de su institucionalización, que es el referéndum). Preguntar si se debe permitir
                      el aborto, o bien si se debe proteger el derecho a la vida, es presentar las dos caras
                      de una misma pregunta; de una pregunta sobre un problema que se entiende mejor
                      que  muchos  otros.  Ysin  embargo,  la  diferente  formulación  de  la  pregunta  puede
                      cambiar la respuesta de un 20 por ciento de los interpelados. Durante el escándalo
                      Watergate, en 1973, se efectuaron en un solo mes siete sondeos que preguntaban si
                      el presidente Nixon debía dimitir o debía ser procesado. Pues bien, «la proporción
                      de respuestas afirmativas variaba desde un mínimo del 10 a un máximo del 53 por
                      ciento.  Y  estas  diferencias  se  debían  casi  exclusivamente  a  variaciones  en  la
                      formulación de las preguntas» (Crespi, 1989, págs. 71-72). Esta es una oscilación
                      extrema  para  una  pregunta  sencilla.  Y  el  azar  crece,  obviamente,  cuando  los
                      problemas  son  complicados.  Cuando  los  ingleses  fueron  interpelados  sobre  la
                      adhesión  a  la  Unión  Europea,  los  que  estaban  a  favor  oscilaban  (pavorosamente)
                      desde un 10 a un 60 por ciento; también esta vez, la causa de tal oscilación estaba en
                      función de cómo se formulan y varían las preguntas.


                      De  todo  esto  se  deduce,  pues,  que  quien  se  deja  influenciar  o  asustar  por  los
                      sondeos,  el  sondeo  dirigido,  a  menudo  se  deja  engañar  en  la  falsedad  y  por  la
                      falsedad. Sin embargo, en Estados Unidos la sondeo-dependencia de los políticos —
                      empezando  por  el  presidente—  es  prácticamente  absoluta.  También  en  Italia,
                      Berlusconi  vive  de  sondeos  y  su  política  se  basa  en  ellos.  Porque  la  sondeo-
                      dependencia, como ya he dicho, es la auscultación de una falsedad que nos hace caer
                      en una trampa y nos engaña al mismo tiempo. Los sondeos no son instrumentos de
                      demo-poder  —un  instrumento  que  revela  la  vox  populi—  sino  sobre  todo  una
                      expresión del poder de los medios de comunicación sobre el pueblo; y su influencia
                      bloquea  frecuentemente  decisiones  útiles  y  necesarias,  o  bien  lleva  a  tomar
                      decisiones  equivocadas  sostenidas  por  simples  «rumores»,  por  opiniones  débiles,
                      deformadas,  manipuladas,  e  incluso  desinformadas.  En  definitiva,  por  opiniones
                      ciegas.


                         Hablo de opiniones ciegas porque todos los profesiosales del oficio saben, en el
                      fondo, que la gran mayoría de los interpelados no sabe casi nada de las cuestiones
                      bre las que se le preguntan. Dos de cada cinco amennos no saben qué partido —y
                      sólo hay dos partidos— 4urola su parlamento, ni saben dónde están los países del
                      mundo (cfr Erikson et al., 1988).

                         Se puede pensar: ¿qué diferencia hay si no se saben estas cosas? En sí misma, hay
                      muy  poca  diferencia;  pero  es  enorme  si  estas  lagunas  elementales  se  interpretan
                      como indicadores de un desinterés generalizado. El argumento es que si una persona
                      no sabe ni siquiera estas cosas tan elementales, con mayor razón no tendrá noción
                      alguna de los problemas por simples que sean.
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