Page 43 - Cementerio de animales
P. 43

va a morir, aquí no va a morir nadie. ¿Por qué inquietar a una criatura por algo que no
           podrá comprender hasta que sea mucho mayor?
               —Rachel, escucha.

               Pero Rachel no quería escuchar. Estaba echando chispas.
               —Por si no fuera bastante duro encajar una muerte, la de un animal, un amigo, un
           familiar, cuando llega, no faltaría sino que la gente tratara de convertirla en atracción

           para  turistas,  una  especie  de  «Forest  Lawn»  para  animales…  —Le  corrían  las
           lágrimas por las mejillas.
               —Rachel —dijo él, tratando de asirla por los hombros, pero ella le rechazó con

           brusquedad.
               —Deja. No sirve de nada hablar contigo. No tienes ni la más remota idea de lo
           que estoy diciendo.

               Él suspiró.
               —Me  siento  como  si  me  hubiera  caído  por  una  trampilla  a  una  gigantesca

           batidora eléctrica —dijo él, tratando de arrancarle una sonrisa. No la obtuvo; sólo una
           mirada candente, fija. Él se daba cuenta de que Rachel estaba, no ya irritada, sino
           francamente furiosa—. Rachel —dijo de pronto, sin estar seguro de lo que iba a decir,
           hasta que oyó sus propias palabras—, ¿cómo dormiste tú anoche?

               —¡Vamos, hombre! —exclamó ella con desdén, volviéndole la espalda. Pero no
           sin  que  él  observara  un  parpadeo  de  mortificación  en  sus  ojos—.  Eso  es  muy

           inteligente, realmente inteligente. Nunca cambiarás, Louis. Cuando algo no va bien,
           tiene la culpa Rachel, ¿no? Rachel, siempre con los nervios a flor de piel.
               —Eso no es justo.
               —¿No?  —Ella  se  llevó  la  fuente  de  la  masa  al  mostrador  más  alejado,  y  la

           depositó bruscamente al lado del fogón. Luego, con los labios apretados, se puso a
           engrasar un molde.

               Él dijo pacientemente:
               —No tiene nada de malo que una criatura averigüe algo sobre la muerte, Rachel.
           En  realidad,  me  parece  necesario.  La  reacción  de  Ellie,  su  llanto,  me  pareció
           perfectamente natural. Es…

               —Oh, te ha parecido natural —dijo Rachel revolviéndose con brusquedad—. Yo
           considero perfectamente natural que Ellie se ponga a llorar a lágrima viva por un gato

           que no podría estar más sano.
               —Basta —la atajó él—. Eso no tiene nada que ver.
               —No quiero seguir hablando de ello.

               —Pero  vamos  a  seguir  hablando  —dijo  él,  enfadado  también—.  Tú  ya  has
           soltado el parrafito. Ahora me toca a mí.
               —La niña no va a subir nunca más. Por lo que a mí respecta, asunto terminado.

               —Ellie  sabe  desde  el  año  pasado  de  dónde  vienen  los  niños  —dijo  Louis




                                         www.lectulandia.com - Página 43
   38   39   40   41   42   43   44   45   46   47   48