Page 295 - El Misterio de Salem's Lot
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—Bueno. Debéis llevar cada uno un jarro con agua bendita y un fragmento de
           hostia consagrada. Y antes de salir, el padre Callahan debe oíros a todos en confesión.
               —Creo que ninguno de nosotros es católico —señaló Ben.

               —Yo sí, aunque no practico —dijo Jimmy.
               —Sea  como  fuere,  debéis  confesaros  y  hacer  un  acto  de  contrición.  Así  iréis
           puros, lavados en la sangre de Cristo, sangre pura, no contaminada.

               —Está bien —asintió Ben.
               —Ben, ¿tú te habías acostado con Susan? Perdóname, pero...
               —Sí.

               —Entonces debes de ser tú quien les clave la estaca, primero a Barlow y después
           a ella.
               En  nuestro  grupo,  tú  eres  la  única  persona  directamente  afectada.  Tendrás  que

           actuar como el marido, y no debes vacilar. Piensa que la estarás liberando.
               —Está bien.

               —Sobre todo —Matt miró sucesivamente a todos— no debéis mirarlo a los ojos.
           Si lo hacéis, se apoderará de vosotros y os pondrá en contra de vuestros compañeros,
           incluso  al  precio  de  vuestra  propia  vida.  ¡Acordaos  de  Floyd  Tibbits!  Por  eso  es
           peligroso  llevar  un  revólver,  aunque  pueda  ser  necesario.  Llévalo  tú,  Jimmy,  y

           quédate un poco atrás. Si tienes que examinar a Barlow o a Susan, dáselo a Mark.
               —Entendido —asintió Jimmy.

               —No os olvidéis de llevar ajos. Y rosas, si es posible. ¿Esa pequeña floristería de
           Cumberland todavía está abierta, Jimmy?
               —¿La Bella del Norte? Creo que sí.
               —Pues comprad una rosa blanca para cada uno. Os la atáis en el pelo o alrededor

           del cuello. Y os vuelvo a repetir... ¡no les miréis a los ojos! Podría seguir diciéndoos
           muchas cosas más, pero será mejor que vayáis. Ya son las diez y no quisiera que el

           padre  Callahan  se  echara  atrás  a  fuerza  de  pensarlo.  Mis  mejores  deseos  y  mis
           plegarias os acompañan. La oración no es cosa fácil para un viejo agnóstico como yo,
           pero creo que tampoco soy tan agnóstico como antes, ¿Fue Carlyle quien dijo que si
           un hombre destrona a Dios en su corazón, entonces Satán debe ocupar su lugar?

               Nadie respondió, y Mark dejó escapar un suspiro.
               —Jimmy, quisiera mirarte el cuello.

               Jimmy se acercó a la cama y levantó el mentón. Las heridas eran punzantes, pero
           las dos se habían cerrado y parecían estar cicatrizando bien.
               —¿Te duele? —preguntó Matt—. ¿Te escuece?

               —No.
               —Tuviste mucha suerte.
               —Creo que jamás llegaré a saber la suerte que tuve.

               Matt volvió a recostarse en la cama, con el rostro tenso y los ojos hundidos.




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