Page 13 - Libro de Filosofía II
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Immanuel Kant (1724-1804)
Uno de los más grandes filósofos, fundador del idealismo alemán de la segunda
mitad del siglo XVIII y comienzos del siglo XIX. “El rasgo fundamental de la filosofía
de Kant es que concilia el materialismo con el idealismo, sella un compromiso entre
éste y aquél, compagina en un sistema único direcciones filosóficas heterogéneas,
opuestas” (Lenin, Materialismo y empiriocriticismo, p. 216, Ediciones Pueblos
Unidos, Montevideo, 1948). Por una parte, Kant reconoce la existencia de un mundo
de cosas al margen de nuestra conciencia, de “cosas en sí”. ( “Cosa en sí” y “Cosa
para nosotros”). Por otra parte, la “cosa en sí” de Kant es, en su principio,
incognoscible, se encuentra más allá de nuestro conocimiento (es “transcendente”).
“Cuando Kant admite que a nuestras representaciones corresponde un algo
existente fuera de nosotros, una cierta cosa en sí, entonces Kant es materialista.
Cuando declara a esta cosa en sí incognoscible, transcendente, ultraterrenal Kant
habla como idealista” (Ibid. p. 216). Lenin se refería a la “cosa en sí” incognoscible
de Kant, como a una abstracción muerta, vacía de sentido. Al fin de cuentas, la
“cosa en sí” en Kant se transforma en un simple símbolo del pensamiento. Tomando
como punto de partida la incognoscibilidad de la “cosa en sí”, Kant construye su
gnoseología subjetiva idealista. Bajo el impacto transmitido por la “cosa en sí”, la
facultad de sentir del hombre crea un caos de percepciones que se ordena con
ayuda de formas subjetivas de la sensibilidad: el espacio y el tiempo. Así aparece
el fenómeno o el objeto de la sensación. En seguida entra en acción el
entendimiento. Con ayuda de las categorías lógicas subjetivas que le son
inherentes, el entendimiento convierte el objeto de la sensación (el fenómeno) en
concepto. La esfera superior del conocimiento humano reside en la razón dirigida,
también, por ideas subjetivas: el alma como substancia, el mundo como un todo
homogéneo, Dios.
Según Kant, el espacio, el tiempo, la causalidad, las leyes de la naturaleza, no
son propiedades de la naturaleza misma, sino propiedades del entendimiento
humano, categorías a priori, anteriores a la experiencia, independientes de esta