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JESÚS — UN MAESTRO VERDADERAMENTE DEFINITIVO
engañar por la piedad de los escribas y fariseos. Cuídense de su veneno». Ellos no pueden
escapar del juicio eterno.
Este es el «Gran Ejemplo y Modelo» que debemos predicar. La pregunta es, ¿por qué no oímos
esta clase de predicación hoy? Tres posibles razones: (1) Rehusamos ver al error religioso como
lo veía Jesús. Tratamos de negar que el error que se cree y se practica conduce a la condenación.
(2) Somos engañados por la apariencia de piedad, la personalidad y el carisma de los fariseos.
Los vemos como ministros de justicia, un hermano en error («de esos errores que todos
cometemos») en lugar de verlo como un obrero del engaño. (3) Preferimos quedar bien con el
fariseo, la serpiente, que con Aquel que es «el camino, la verdad y la vida».
Se dice que no podemos llamar serpiente a un engañador porque aunque esté enseñando un
error no conocemos su corazón—no podemos probar que actúe con hipocresía y mala voluntad.
Jesús dijo: «Por sus frutos los conoceréis» (Mat. 7:16), y su falsa enseñanza es su fruto en ese
pasaje. Cuando alguien tiene la capacidad de discernir entre la verdad y el error, y tiene la
oportunidad de conocer la verdad, y luego deliberadamente y con obstinación se niega a aceptar
y proclamar la verdad, tal persona es el escriba y fariseo al que Jesús llamó «serpiente».
¡Cuídense de las serpientes!
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