Page 46 - JESÚS — UN MAESTRO VERDADERAMENTE DEFINITIVO
P. 46

JESÚS — UN MAESTRO VERDADERAMENTE DEFINITIVO

                  Y si alguien planta alguna otra cosa, ¡la planta que produzca será desarraigada! Así que, doquiera
                  que se escuche, crea y obedezca el evangelio en toda su pureza ¡allí habrá una planta de Dios!
                  Pero si ese evangelio ha sido pervertido (aunque sea por un ángel del cielo—Gál. 1:8) este no va
                  a producir una planta de Dios, ¡y la que produzca será desarraigada!

                  De modo que queremos enfatizar que si la «planta» de la cual Jesús estaba hablando era «la
                  docrina», entonces Él fue claro, directo y sin ambigüedad condenó la falsa doctrina como algo
                  vano e  inútil  pues  dijo:  «En  vano  me honran  enseñando  como doctrina mandamientos de
                  hombres» (Mat. 15:9). Y todo lo que produzca esa falsa doctrina caerá en la misma categoría y
                  bajo la misma condición.

                  Jesús utiliza ese mismo lenguaje si la «planta» es alguna práctica. Él reprendió mordazmente a
                  los fariseos por muchas cosas, entre ellas que «dicen y no hacen» (Mat. 23:2-3). Nunca utilizó
                  un lenguaje lisonjero, ni «de paños tibios» sino que de manera directa y contundente denunció
                  el pecado en todas sus formas. Hasta en su más tierna acción hacia una pecadora, como la mujer
                  sorprendida en adulterio (Jn. 8:11), la deja ir pero con el conocimiento de que había pecado,
                  pues le dijo: «Vete y no PEQUES más». Diferentes clases de pecado merecen diferentes maneras
                  de reprensión, ¡pero ninguna de ellas puede pasar desapercibida como si nada hubiera pasado!
                  «Que vuestra conversación sea siempre con gracia», es un mandamiento de Dios, pero también
                  incluye «sazonada con sal» (Col. 4:6). El hecho de que algunos se pongan muy «salados» al
                  punto de que se hace difícil seguirlos escuchando, no es excusa para que dejemos de imitar a
                  Cristo, quien clara y directamente condenó el pecado.
































                                                           45
   41   42   43   44   45   46   47   48   49   50   51