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JESÚS — UN MAESTRO VERDADERAMENTE DEFINITIVO
Lección 18
«…será desarraigada»
(Mat. 15:13)
Jesús dijo, en términos para nada ambiguos: «Toda planta que mi Padre celestial no haya
plantado, será desarraigada» (Mat. 15:13). Que esto aplica a las organizaciones
denominacionales es cierto. Pero el contexto indica que esto incluye toda doctrina, práctica,
organización, tradición y actitud no autorizada por Dios.
Pablo dice en Colosenses 3:17, «Y todo lo que hacéis, de palabra o de hecho, hacedlo todo en
el nombre (por la autoridad) del Señor Jesús». Entonces, debemos concluir que todo lo que no
está autorizado por el Señor Jesús, está condenado. Pero el punto de este artículo es que ¡Jesús
es el único que dice las cosas así! Cuando estudiamos acerca de LA MENTE DE CRISTO en cada
ocasión vemos que Él no solamente era amable, amoroso, lleno de gracia, tierno, compasivo y
comprensivo, sino que también era directo, tajante, claro e inflexible en sus palabras y acciones
con respecto al pecado y el error bajo TODAS las circunstancias.
Es un falso concepto que porque Jesús era manso y humilde de corazón (Mat. 11:29), si tenemos
la mente de Cristo (Filp. 2:5), debemos ser como un «pastelito» tan suave que nadie pueda
asegurar que nosotros lo condenamos, o algo semejante. Tampoco se trata de que vamos a
predicar de una manera arrogante, sarcástica, amarga u odiosa, casi totalmente negativa y
despectiva. Pero el hecho de que rechacemos esa clase de predicación no nos libera de la
responsabilidad de «hablar la verdad en amor» (Ef. 4:15).
Muchos, en el día de Pentecostés, habrían sonado como: «Hermanos, creemos que es posible
que algunos de vosotros hayan errado levemente en su juicio y permitido que un hombre
relativamente inocente haya sido llevado a la muerte. Si es así, me parece correcto compartirles
mi sentir de que deberías intentar rectificar de alguna manera». Pero el Espíritu Santo no quiso
y no quiere que se haga de esta manera.
El énfasis debería ponerse sobre las BUENAS NUEVAS de lo que Dios ha hecho por gracia en lugar
de sobre las MALAS NOTICIAS de nuestra condición de sentencia al infierno. Pero, la verdad en
cuestión es que NINGUNA PERSONA puede realmente apreciar las BUENAS NUEVAS de salvación
si no está consciente de que está perdido.
No es sino otro síntoma de una enfermedad esparcida por todas partes el oír a muchas personas
orando: «Dios, perdona nuestros muchos errores y fallas». ¡Al parecer ellos no saben que han
PECADO!
Cuando Jesús ofendió a algunos oyentes y éstos quisieron marcharse (Jn. 6:66), no corrió detrás
de ellos pidiendo disculpas y rogándoles: «¡Disculpen, en realidad no quise decir eso!». Él
permitió que se fueran y dijo a sus apóstoles: «¿Acaso queréis iros también vosotros?».
Entonces, «Hablar la verdad en amor» (Ef. 4:15) no involucra «dorar la píldora», ni
comprometer la verdad o dejar de proclamarla de forma clara y directa.
Ninguna persona puede convertirse al cristianismo oyendo y obedeciendo doctrinas
denominacionales o algún «evangelio» pervertido. «La semilla es la palabra de Dios» Lc. 8:11).
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