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Edición Especial Revista Arbitraje Alumni 78
En ese momento recuerdo que me encontraba vacacionando en las playas de
Uruguay. Cuatro días después atravesaba las fronteras de regreso a Argentina.
En migraciones, el control que nos hicieron a los pasajeros distó mucho de ser
lo riguroso que esperábamos que fuera. Si bien no se hablaba de otra cosa que
no fuera del virus, los contagios y las muertes, aun nadie sabía bien cómo debía
actuar y los procedimientos que tenían que adoptar.
La noche del jueves 19 de marzo, al filo de la medianoche, el actual presidente
de Argentina —el Dr. Alberto Fernández— anunciaba mediante cadena
nacional el inicio del aislamiento social preventivo y obligatorio,
instrumentándolo en un decreto de necesidad y urgencia. Ese día yo estaba en
mi departamento cumpliendo la cuarentena voluntaria por haber regresado de
otro país.
Es lógico que se pregunten a estas alturas a que se debe tan larga introducción
mencionando hechos que no le interesa ni son noticia para nadie. Pues bien,
simplemente creo que resulta útil para ilustrar como en muy poco tiempo, cada
vez más breve y acelerado, el mundo un día colapsó y las certezas que teníamos
en enero o febrero de este año, simplemente se esfumaron.
Si bien hay quienes sostienen que no existe —o al menos ponen su existencia
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en duda— evento realmente imprevisible , sería muy osado afirmar —con poco
margen de error— que hay quienes pudieron avizorar claramente los efectos de
la cuarentena como consecuencia de la propagación del coronavirus. De estar
equivocada, acepto mi falta e invito al descendiente de Delfos a que tengamos
una larga conversación, preferentemente sobre cuestiones como el futuro de los
bonos soberanos argentinos y que números saldrán en la lotería.
Terminado el chiste, pongámonos serios. Porque tampoco lo vio venir Pedro,
un vendedor argentino que contrató en noviembre del año pasado con un
comprador chileno para proveerle mensualmente tapas de del famoso termo
estadounidense; ni Juan, el contratista colombiano que celebró un contrato EPC
a principios de mayo con un sujeto uruguayo. Y así como ellos, millones de
personas más que se encuentran en la misma situación.
3 Alfredo Bullard Gonzales, “¿Hay Algo Imprevisible? La Excesiva Onerosidad y la
Impracticabilidad Comercial”, Themis25, (1993): 1.