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Lo que sostenemos y aquí proponemos, es que ante situaciones tan burdas y
evidentes como lo es una pandemia mundial, donde la vida y equilibrio de los
contratos se encuentra constantemente en jaque por los efectos propios del
aislamiento y las restricciones dispuestas por los gobiernos, es que no se mire
al costado ni se intente tapar el sol con la mano.
Eludir una solución salomónica y equitativa, guiada por la mano de un buen
árbitro inspirado en la buena fe tiene que ser la regla. Siempre. Esté o no pactado
en el contrato. Se encuentre o no dentro del ordenamiento del derecho elegido
como aplicable. De lo contrario, nos atrevemos a aseverar que no colaborar en
esta misión implicaría lisa y llanamente obrar de mala fe y esa parte tiene que
ser duramente reprendida.
Como corolario de lo anterior, podemos afirmar que hemos esbozado
someramente la fórmula magistral de la válvula de escape para que usen
nuestros amigos contratistas. Como en un acto de ¡Eureka! Pedro y Juan cuentan
ahora con una suerte de vacuna contra la incertidumbre de la imprevisión. Ahora
solo resta que cuando el inminente conflicto los coloque en las puertas de un
procedimiento arbitral, el juzgador atienda a estas razones y no se convierta en
un guardián que anule el acceso a la justicia.
IV. SIEMPRE HABRÁ QUIEN PONGA PEGAS
Es innegable que las grandes crisis propician grandes oportunidades que pueden
catapultarse como cambios positivos en la realidad fáctica. Ejemplo de ello
podría ser que las legislaciones que actualmente se encuentran desfasadas en la
regulación de esta materia, aprovechen esta pandemia para modificar y mejorar
sus leyes. De hecho, la cuarentena facilita que los legisladores tengan el tiempo
suficiente para pensar sus proyectos, sesionar, debatirlos y aprobarlos. Lo
sabemos, suena demasiado bonito y conveniente para ser verdad. De igual
modo, podemos mencionar a Chile como un caso paradigmático que ejemplifica
esta situación.
El país vecino cuenta con una legislación bastante rígida y poco permeable a las
bondades del instituto de la imprevisión. Hasta el momento, ha contado con tres
intentos de ser modificada, sin tener ningún éxito. Actualmente se encuentra en
cartera el último proyecto de ley en esta materia y ya ha suscitado discrepancias.