Page 146 - Resiliente
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Inspeccionamos los patios y la casa del hombre que vivía junto
al portón... Camila llevaba a su perro, y lo soltó por la
urbanización por un rato, ella y yo volvimos sobre nuestros
pasos hasta que ella se detuvo frente a la casa de la difunta
abuela de Mauro.
—¿Qué fue lo que viste cuando llegaste?
Se lo conté.
-¿Y los cuerpos de los zombis?
—Abrimos un zanjón ayer, al otro lado de la barricada
—explique —y colocamos los cuerpos de los zombis a una buena
distancia del refugio, es profundo así que no molestaran.
Comenzó a subir las escaleras delanteras de la casa.
—Y... crees que haya algún sobreviviente de la familia de
Mauro —dijo en un tono dubitativo que no ubico si fue pregunta
o fue más bien una aseveración.
—No lo sé, supongo que no.
Ella asintió y coloco la mano en la puerta y la empujo lenta-
mente, la casa sin su vida antigua era deprimente, desolada,
yo me había encargado de limpiarla de sus despojos mortales sin
embargo igual seguía siendo deprimente.
Pase gran parte de mi niñez en esa casa junto con Mauro, y
ahora solo veía un hueco, como cuando veías a alguien muerto...
la luz de sus ojos había desaparecido.
Entramos, Camila camino por el pasillo y luego entro a la sala,
paso la mano por los muebles, miro algunas fotos y un barco mo-
delo sobre una chimenea, camino directo hacia el comedor y paso
por la cocina, me pegue detrás de ella mientras Camila parecía
grabar todos los detalles de la casa en su mente, paso la mano
sobre la barra y luego se giró.
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