Page 147 - Resiliente
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—Es una linda casa. —dijo con tono neutro.
—¿Quién vivía aquí?
—La abuela de Mauro —dije yo.
—¿Crees que se haya logrado escapar?
—No. No lo logro. —dije yo en tono cortante, no quería
hablar del tema.
Camila asintió y comprendió sin yo decirle nada, obvie la par-
te de haber encontrado un colgajo de carne en la sala con
el enorme zombi del vigilante sobre él y toda la explicación
al tema que encontré dentro de las páginas de esta terrible bi-
tácora que traía Mauro consigo, culminamos mirando las habita-
ciones y luego volvimos a salir a la calle.
—Paco —dijo Camila llamando al perro —¡Paco!
Me quede con los brazos cruzados mientras mi jovial esposa
buscaba al perro por las inmediaciones de la casa.
Pero entonces lo escuche, unos gruñidos lejanos, tenía la es-
copeta colgada en la espalda y en un abrir y cerrar de ojos la
desplace hasta mis manos, Camila me miro con preocupación.
-¿Qué pasa? –me dijo.
-Escucha.
Corrí hacia la zona del parque, y vi la mota blanca del perro
gruñendo algo al otro lado de la barricada de madera, se aga-
chaba y se levantaba, intentando ser amenazador, cuando llegue
lo agarre y se lo di a Camila (el perro me lanzo una dentella-
da) ella lo tranquilizo cuando lo tuvo en sus manos, recuerdo
haberme girado y haber sentido el hedor de la podredumbre
en el aire, cuando me acerque a la barricada esta se estremeció
por un golpe, luego otro, retrocedí y apunte con la escopeta,
entonces los golpes pararon, habia algo alla tras y tenia que
matarlo, no puedo arriesgarme a que entre a nuestro refugio,
asi que debo enfrentarlo sin hacer ruido.
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