Page 150 - Resiliente
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Me quede mirando la fosa y luego una imagen de mí mismo cayendo
a un fosa similar, pero sin fondo abarco mis pensamientos,
retrocedí dando dos pasos, solté el cuchillo y lo mire lleno
de aquella cosa viscosa y mal oliente, que representaba
la sangre de esos condenados...
Sentía sudor en mi cuerpo, respiraba con dificultad, como
si me hubiese emocionado demasiado, hundí mi cara entre mis
manos y recuerdo haber mencionado para mi ser “has hecho
lo que debías, y es lo que debes seguir haciendo, no hay nada
de qué arrepentirse” pero veía sus rostros ahora, después
de haberse desfigurado por la descomposición... podía verlos
después de haber perdido el velo de horror que propinaba aque-
lla nefasta existencia... y no me estaba arrepintiendo aun así,
el odio por esas cosas crecía y crecía...
Si bien ellos han sido infectados y se han convertido en ase-
sinos ¿En qué me eh convertido yo? Respire profundamente, tome
mi cuchillo y lo limpie en la tierra, volví a la barricada
y pase de nuevo brincando sobre el árbol para no mover las
tablas de su fijeza.
Y allí estaba ella, tan hermosa, con el perro entre sus manos,
me miraba fijamente con sus ojos verdes...
—¿Estás bien? —dijo ella con tono preocupado.
Asentí con la cabeza, la abrace y acaricie al perro entre sus
manos.
—¿Seguro que estas bien? —dijo ella insistiendo.
—Si —dije yo mientras apoyaba mi cabeza en su hombro.
Ella me seguía viendo como yo era antes de manchar mis manos
con tanta sangre y contaminar mi alma con tanto odio, no al
asesino que ahora veía yo al espejo.
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