Page 160 - Resiliente
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26 de mayo


                                    Estuve despierto toda la noche, Máximo aparentemente olvido

                                    su turno ese día y se disculpó conmigo al salir a eso de las

                                    6 am, yo no estaba en absoluto cansado, creo que la reserva
                                    de adrenalina que tiene mi cuerpo se ha activado esta mañana.



                                    Fue una noche fría, tranquila y silenciosa y está en particular

                                    oscura, baje del techo y acudí a la cocina de la segunda casa
                                    donde vía a Camila inclinada sobre un plato de cereales con
                                    leche de duración extendida, yo mismo me serví uno y ella me

                                    miro con esos mismos ojos de inquietud que estrujaban mi alma.



                                            —Se nos está acabando...



                                    Percibí inmediatamente a que se estaba refiriendo y solo asentí

                                    dando un bocado al cereal que estaba frio.


                                            —¿Qué vamos hacer? —dijo ella.

                                            —Buscar más —respondí —es lo único que nos queda.


                                    Ella asintió.



                                            —Mauro está entusiasmado con salir de nuevo a las calles

                                    —dijo ella mirándome —laura también está bastante contenta.
                                            —Es que de momento Mauro no está preocupado por lo que
                                    nos queda en esta casa —dije en tono seco —el cree que todo

                                    está en orden y hasta que se recupere es mejor que siga

                                    creyendo lo mismo
                                            —No es tonto Mario —dijo Camila —sabe.
                                            —Pues no debería preocuparse entonces.

                                            —¿Qué diablos te pasa?

                                            —Nada, solo estoy preocupado —dije mirándola —disculpa mi
                                    tono, pero es difícil...
                                            —Si —dijo ella —pero no es necesario contaminar los buenos

                                    momentos con preocupaciones así.

                                            —Disculpa —dije.



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