Page 166 - Resiliente
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Pare en otro de los abastos y obtuvimos las mismas migajas,

                                    solamente que este estaba totalmente repleto de zombis devo-
                                    rando la carne descompuesta de la carnicería, estos ni se ente-

                                    raron de nuestra presencia, volvimos sobre nuestros pies con
                                    lo poco que agarramos y salimos de allí.



                                    En el penúltimo abasto encontramos un par de cajas intactas

                                    de cereal y pastas, y bastante agua mineral, Máximo se agarró
                                    para él una botella de whisky que encontró en un estante, era

                                    sorprendente la destrucción y el saqueo que se había producido
                                    con todo el pánico que propiciaron los bloqueos.



                                    No había centímetro de suelo en esos lugares donde no viera

                                    un pedazo de piel, un hueso o mucha, pero mucha sangre y el
                                    hedor era casi insoportable.



                                    Llegamos al último de los abastos, donde encontramos la decep-

                                    cionante cantidad de absolutamente nada allí, miramos bien
                                    todas las estanterías, ya de que suerte y cuando menos esa

                                    zona estaba despejada, esa era la parada de los buses, a unas
                                    pocas cuadras de San Andrés.



                                    Pasamos junto a dos enormes buses, hechos chatarra, por un

                                    accidente que había ocurrido, uno de ellos choco con el otro
                                    de costado haciendo que el chapado se doblara.



                                    Máximo soltó un silbido, y entonces escuchamos sonidos fami-

                                    liares, mas zombis (Ese sonido de carraspera, saliva, gruñidos
                                    y tos mezclados con los gemidos) nos giramos y los vimos

                                    subiendo a tropel por la calle.



                                    Máximo preparo la barreta y yo el hacha y les hicimos frente
                                    a los primeros, pero vimos que mientras más derribábamos

                                    más venían, esa parada había sido totalmente inútil, volvimos
                                    corriendo hacia el jeep y arrancamos hacia la urbanización,

                                    esas cosas nos estaban siguiendo, teniamos que perderlos,
                                    ellos no deben llegar a la San Andrés.




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