Page 84 - Resiliente
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Cuando llegue a los puestos de estacionamiento, mire la reja

                                    abierta al final, trague saliva, caminé lentamente con la esco-
                                    peta en alto, sentí el hacha en mi cinturón sabía que la tenía,

                                    pero me daba confianza tocarla.



                                    Avance revisando los lugares entre los carros, camine lentamen-
                                    te, intentando oír, pero había muchos gemidos por todos lados,

                                    entonces uno de ellos emergió delante de mí, el Revivido camino
                                    hacia mí con una marcha constante, cuando se acercó lo suficiente

                                    le dispare en la cabeza y el estruendo atrajo a los otros.



                                    Esas criaturas tienen un comportamiento espantoso, recuerdo
                                    retroceder disparando cartucho tras cartucho allí abajo,

                                    y mire la reja que habían cerrado, probablemente Mauro cuando
                                    entro, mire una moto que estaba caída en un lado también, más

                                    de esos Revividos salieron de todos lados, no me acuerdo de
                                    discriminar nada solamente volé siete cabezas con los siete

                                    cartuchos que le cabían a la escopeta.



                                    Me gire y observe que un Histérico corría hacia mí por atrás
                                    del garaje, corrí hacia un carro a toda velocidad soltando la

                                    escopeta y recordé gritar, el histérico lanzaba horribles ala-
                                    ridos y llego a rozarme la espalda con algo contundente,

                                    me subí en el techo de una camioneta y miré que tenía seis
                                    o siete de esos bastardos rodeando el auto pegando brincos

                                    y lanzándome golpes. No puedo describir el miedo que sentía.



                                    Pero saque la pistola, le quite el cargador, y tampoco puedo
                                    describir la satisfacción que sentí cuando cada balazo se los

                                    pegue a quema ropa en los ojos, cuando me gire, más revividos
                                    bajaban, sentí una fulminante ira que se apodero de mí y saqué

                                    el hacha, me fui contra ellos como un insensato, cuando pelee
                                    con el primero solo abanique una vez y le partí la cabeza.



                                    El segundo si me metió un buen empujón que me hizo caer, pero

                                    me levante y gire y le clave el hacha en el pie y luego en la
                                    mejilla, me gire y mate al tercero y a un cuarto que le rompí




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