Page 34 - Aldous Huxley
P. 34
34
-Sí, todo el mundo pertenece a todo el mundo -repitió Lenina lentamente; y, suspirando,
guardó silencio un momento; después, cogiendo la mano de Fanny, se la estrechó
ligeramente-. Tienes toda la razón, Fanny. Como siempre. Haré ese esfuerzo.
Los impulsos coartados se derraman, y el derrame es sentimiento, el derrame es pasión,
el derrame es incluso locura; ello depende de la fuerza de la corriente. y de la altura y la
resistencia del dique. La corriente que no es detenida por ningún obstáculo fluye
suavemente, bajando por los canales predestinados hasta producir un bienestar
tranquilo.
El embrión está hambriento; día tras día, la bomba de sucedáneo de la sangre gira a
ochocientas revoluciones por minuto. El niño decantado llora; inmediatamente aparece
una enfermera con un frasco de secreción externa. Los sentimientos proliferan en el
intervalo de tiempo entre el deseo y su consumación. Abreviad este intervalo, derribad
esos viejos diques innecesarios.
-¡Afortunados muchachos! -dijo el Interventor-. No se ahorraron esfuerzos para hacer
que sus vidas fuesen emocionalmente fáciles, para preservarles, en la medida de lo
posible, de toda emoción.
-¡Ford está en su viejo carromato! -murmuró el D.I.C.-. Todo marcha bien en el mundo.
-¿Lenina Crowne? -dijo Henry Foster, repitiendo la pregunta del Predestinador
Ayudante mientras cerraba la cremallera de sus pantalones-. Es una muchacha
estupenda. Maravillosamente neumática. Me sorprende que no la hayas tenido.
-La verdad es que no comprendo cómo pudo ser -dijo el Predestinador Ayudante-. Pero
lo haré. En la primera ocasión.
Desde su lugar, en el extremo opuesto de la nave del vestuario, Bernard Marx oyó lo
que decían y palideció.
-Si quieres que te diga la verdad -dijo Lenina-, lo cierto es que empiezo a aburrirme un
poco a fuerza de no tener más que a Henry día tras día. -Se puso la media de la pierna
izquierda-. ¿Conoces a Bernard Marx? -preguntó en un tono cuya excesiva indiferencia
era evidentemente forzada.
Fanny pareció sobresaltada.
-No me digas que... -¿Por qué no? Bernard es un Alfa-Más.
Además, me pidió que fuera a una de las Reservas para Salvajes con él. Siempre he
deseado ver una Reserva para Salvajes.
-Pero ¿y su mala fama? -¿Qué me importa su reputación? -Dicen que no le gusta el Golf
de Obstáculos.
-Dicen, dicen... -se burló Lenina. -Además, se pasa casi todo el tiempo solo, solo.