Page 58 - Aldous Huxley
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solidaridad, el advenimiento del Doce-en-Uno, la encarnación del Ser Más Grande.
Orgía-Porfía cantaba, mientras los tantanes seguían con su febril tabaleo.
Orgía-Porfía, Ford y diversión,
besad a las chicas y hacedlas Uno.
Los chicos a la una con las chicas en paz;
la Orgía-Porfía libertad os da.
Orgía-Porfía ... Los bailarines recogieron el estribillo litúrgico. Orgía-Porfía, Ford y
diversión, besad a las chicas y hacedlas Uno ... Y mientras cantaban, las luces
empezaron a oscurecerse lentamente, y al tiempo que cedía su intensidad, se hacían más
cálidas, más ricas, más rojas, hasta que al fin bailaban a la escarlata luz crepuscular de
un Almacén de Embriones. Orgía-Porfía ... En las tinieblas fetales, color de sangre, los
bailarines siguieron circulando un rato, llevando el ritmo infatigable con pies y manos.
Orgía-Porfía ...
Después el círculo osciló se rompió, y cayó desintegrado parcialmente en el anillo de
divanes que rodeaban con círculos concéntricos- la mesa y sus sillas planetarias. Orgía-
Porfía ... Tiernamente, la grave Voz arrullaba y zureaba; y en el rojo crepúsculo era
como si una enorme paloma negra se cerniese, benévola, por encima de los bailarines,
ahora en posición supina o prona.
Se hallaban de pie en la azotea; el Big Henry acababa de dar las once. La noche era
apacible y cálida.
-Fue maravilloso, ¿verdad? -dijo Fifi Bradlaugh-. ¿Verdad que fue maravilloso?
Miró a Bernard con expresión de éxtasis, pero de un éxtasis en el cual no había vestigios
de agitación o excitación. Porque estar excitado es estar todavía insatisfecho.
-¿No te pareció maravilloso? -insistió, mirando fijamente a la cara de Bernard con
aquellos ojos que lucían con un brillo sobrenatural.
-¡Oh, sí, lo encontré maravilloso! -mintió Bernard.
Y desvió la mirada; la visión de aquel rostro transfigurado era a la vez una acusación y
un irónico recordatorio de su propio aislamiento. Bernard se sentía ahora tan
desdichadamente aislado como cuando había empezado el Servicio; más aislado a causa
de su vaciedad no llenada, de su saciedad mortal. Separado y fuera de la armonía, en
tanto que los otros se fundían en el Ser Más Grande.
-Maravilloso de verdad -repitió.
Pero no podía dejar de pensar en la ceja de Morgana.