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100 EL MUNDO HELENISTICO
E l m u n do de lo s so ld ad o s
Uno de los factores esenciales de la helenización fue la presencia de
soldados en las ciudades o en las metrópolis de los nomos. Por lo demás,
en el mundo helenístico surgido de la conquista y plagado de incesantes
conflictos, el ejército desempeñó un papel tan importante que merece
un análisis particular.
El reclutamiento de mercenarios
Cuando las necesidades de hombres se hicieron tan imperiosas, el
reclutamiento cívico, vinculado al sistema de la polis, se había agotado.
De ahí la necesidad, por parte de los soberanos, de recurrir a los merce
narios, siguiendo una evolución que ya había comenzado en el siglo IV.
El reclutamiento se hacía de distintas maneras: envío de sargentos
reclutadores, alistamiento de jefes de mercenarios con tropas propias, o
establecimiento de acuerdos diplomáticos entre ciudades que preveían
la cesión de contingentes en caso de necesidad. Una vez contratado,
convenía conservar al mercenario el mayor tiempo posible; entonces se
procuraba convertirlo en un colono militar o cleruco, proporcionándo
le un lote de tierra en usufructo a cambio de distintas obligaciones: obli
gaciones financieras y obligación de estar siempre preparado para una
movilización inmediata.
¿Dónde se reclutaban mercenarios? Hasta finales del siglo III, el ele
mento griego tuvo un papel fundamental. Originarios de las regiones
más pobres de la Hélade (algunas comarcas del Peloponeso, de la Gre
cia central y septentrional, y del Egeo), un gran número de griegos en
traron al servicio de las nuevas monarquías. La proporción de griegos
disminuyó considerablemente en el siglo II, porque, por un lado, las con
diciones del mercenario empeoraron y, por otro, muchos de ellos se
adaptaron mal al clima, especialmente en Egipto, donde consta que las
familias de clerucos languidecían. El caso de los macedonios es algo dis
tinto: desde el principio fueron numerosos y se quedaron; se cree que al
pertenecer a una raza joven, se adaptaron mejor y siguieron multiplicán
dose.
También los bárbaros se enrolaron de buen grado. Entre ellos, los
gálatas, aquellos celtas que invadieron Grecia, asolaron Anatolia, e in
cluso prosiguieron sus hazañas hasta Egipto. Restos de sus bandas fue