Page 96 - Lévêque, Pierre - El mundo helenístico
P. 96

96                     EL  MUNDO  HELENÍSTICO

     Un papiro tebano del 113 da testimonio del préstamo que un griego lla­
     mado Psen-Mont, hijo de Pa-Thot le hizo a un coaquita: de griego no te­
     nía más que el estatuto jurídico. El mismo fenómeno sucedía en Siria o
     Babilonia, especialmente en Dura-Europos, donde la onomástica mues­
     tra la fusión entre elementos griegos e indígenas.
         El fenómeno inverso es aún más evidente, porque para los nativos
     era interesante imitar a los vencedores, en los que, por otra parte, segu­
     ramente también reconocían la superioridad y el dinamismo. Probable­
     mente, los campos no se vieron muy afectados por este movimiento, y las
     lenguas autóctonas, el arameo, el persa y el egipcio, resistieron al griego.
     Por otra parte, los ambientes sacerdotales se mantuvieron bastante im­
     penetrables: la escritura cuneiforme y el sumerio, en tanto que lengua li­
     túrgica, sobrevivieron largo tiempo, y más aún los jeroglíficos.
         Pero, en las ciudades atálidas o seléucidas y en las metrópolis de los
     nomos egipcios, la helenización fue imparable, sobre todo entre comer­
     ciantes y funcionarios. Ello condujo a la constitución de una élite indíge­
     na que hablaba griego, vestía a la griega, y adoptaba los usos y costumbres
     giriegos. Incluso en Tebas, en un ambiente sacerdotal y tradicionalista, se
     recurría cada vez más  a los  agoránomos, notarios  de expresión griega
     que difundían ampliamente el derecho helénico y desacreditaban a los
     notarios egipcios  que escribían  en  demótico.34 Los  graffiti escritos  en
     griego en la vieja metrópolis religiosa eran numerosos, y algunos de sus
     autores, que se proclamaban sacerdotes, magos o embalsamadores, sólo
     podían ser egipcios. Los textos escolares, muy numerosos en los papiros,
     muestran que por doquier se leía a Homero, a los trágicos, a Demóste-
     nes o a Menandro. El gimnasio, allí donde era accesible a los indígenas,
     es decir, sobre todo en Asia, era un medio ideal para formarse en el esti­
     lo de vida helénico (fíg.  7): los que lo frecuentaban estaban muy orgu­
     llosos, y formaron las asociaciones de apo tou gymnasiou (los que salen
     del gimnasio).
         Desde un punto de vista social, el desarrollo de una clase media he-
     lenizada fue un éxito. Y cabe añadir que, dejando a un lado a Beroso,
     Manetón (véanse las págs. 107-108) y Zenón, el fundador del estoicismo
     (véase la pág.  125), ninguno de los que brillaron en las letras, las artes, la
     ciencia o la filosofía perteneció a ella. Sus miembros podían hablar o leer



         34.   El demótico era la escritura cursiva que se usaba en Egipto en la Baja Epoca.
     Derivado de los jeroglíficos —que se mantenían para las inscripciones monumentales—
     se valía de caracteres muy simplificados y numerosos signos dobles.
   91   92   93   94   95   96   97   98   99   100   101