Page 29 - Lévêque, Pierre - El mundo helenístico
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LOS  ESTADOS  HELENÍSTICOS           29

      tierras. Igualmente, dotó a su patria de un nuevo poder militar y logró
      grandes éxitos en el Peloponeso apoyándose en las clases populares, has­
      ta que la coalición de la Liga aquea y macedonia acabó con él (batalla de
      Selasia, 222), Sin duda influido por las filosofías igualitarias (se ha que­
      rido ver en él a un estoico), fracasó por la conjuración de los partidarios
      del orden social establecido. Sin embargo* la revolución continuó laten­
      te, y el rey Nabis, considerado por sus adversarios como un tirano, de­
      sarrolló el programa revolucionario de Cleómenes, provocando esta vez
      la intervención de Roma.
         Por otra parte, Esparta ya no era la misma. Aquella que un día con-
      tó con el valor de sus ciudadanos para defenderse, se fortificaba en el
      año 317 y no cesaría de reforzar sus murallas; olvidada su antigua seve­
      ridad, se dotó de un teatro y reconstruyó ei templo de Artemisa Ortia
      (siglo II).

         »
      La prosperidad de la Greda insular '

         La situación era menos grave en el conjunto de islas de! Egeo, que
      habían  aprovechado  las  importantes  vías  de  intercambio  entre  Asia,
      Egipto y Occidente, inseguras, no obstante, ante la presencia de piratas
      fondeados en Iliria, Creta y Cilicia.
         Es bien conocida ía prosperidad de Coi, basada en el vino, la cerá­
      mica, y una especie de seda local teñida con púrpura (bombicina). Los
      Mimos de Herondas o los Idilios de Teócritó retratan agudamente sus
      ambientes de ricos comerciantes o de poetas esotéricos. El Asclepeion,
      dotado de nuevas construcciones y cié una auténtica escuela de medici­
      na, atraía enfermos sin cesar.·


         Rodas eclipsó a todas sus vecinas. Fundada en el 408 por ei sinoceís-
      ¡no de tres ciudades, sorteó hábilmente el siglo IV tras resistir los asaltos
      de Poliorcetes. A continuación, vivió un siglo de gran apogeo, mante­
      niendo su  independencia entre intrigas  reales y mostrando una asom­
      brosa capacidad de supervivencia deí régimen de la polis en pleno perío­
      do helenístico. Regida por una constitución moderada, era una república
      de comerciantes, celosa de su derecho de  ciudadanía, pero que acogía
      generosamente y protegía a todos los extranjeros que ayudaran  a incre­
      m entar su riqueza.
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