Page 203 - Biografia
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Jorge Humberto Barahona González



            oportunidad, nuevamente chao y con permiso”, le dije al del sonido: “Hermanito,
            apague  y vámonos”, cuando  estaba en esta elegante  despedida,  sentí el manotón,
            arrebatándome el micrófono y el grito: “Oiga señor, quien se cree usted, de aquí to-
            davía no nos vamos, vaya a mi carro, saque más novedades (regalos para el público)
            y nos vamos hasta que a mí se me dé la gana, porque yo soy inspector de Bavaria y
            tengo autoridad nacional”. Ahora si comprenden porque les narre con pelos y señales
            la despedida esa madrugada…?, porque el inspector estaba jincho, eso fue lo que esa
            vez me salvo, yo cogí mi camioneta asignada, despache el evento y lo deje mamando.


               Segunda perla: Eran vísperas de semana santa en Tunja, me llamaron a reunión
            a la oficina del gerente del depósito, cuando entre, estaban los supervisores, el jefe
            de ventas y adivinen quien…?, si, ese mismo, el inspector Chávarro, la vaca sagra-
            da, me miro despectivamente (a mí me importo un cu…) y delante de todos me dice:
            “Ah, es usted…?, por favor desarrolle esta idea que tengo, por donde van a pasar las
            procesiones de semana santa en Tunja, en cada esquina, me monta venta de Pony
            Malta y Costeña, en neveras verticales para dar el producto frió, además cada neve-
            ra debe ir acompañada de 4 impulsadoras, uniformadas con Costeña y Pony Malta,
            vamos a aprovechar y ofrecer los productos al paso”. Con toda la tranquilidad del caso,
            eso fue lo que me salvo nuevamente, les dije: “Señores, con todo respeto, pero me
            parece que esta campaña no la voy a poder cumplir, porque creo que es un irres-
            peto a las tradiciones religiosas de los habitantes de Tunja, si ellos quieren tomar
            cerveza o Pony Malta fría, que vayan a las tiendas, que eso sí, me comprometo
            a surtirlas y decorarlas lo mejor que se pueda, permiso y que pasen un resto de
            día muy feliz”, y me salí. Si desean que les cuente que paso después de mi interven-
            ción, porque no nos tomamos un roncito, pero santa fe y les cuento, sino, dejemos así
            ahijadito.


               Tercera perla: La máxima: Fui nombrado como jefe de depósito y coordinador de
            publicidad en Yopal, según me enteré después, como castigo que me impuso el doctor
            Chávarro, mi querido inspector, para acabarme en Bavaria, me asignaron 10 rutas (20
            vendedores), como todos éramos nuevos, yo asumí el cargo con el entusiasmo que
            siempre me caracterizo. Trabajábamos de 5 de la mañana a 5 de la tarde, de lunes a
            sábado y los domingos me invente “paseos de olla”, con la familia de esos 20 vendedo-
            res, y les cuento que me dio resultado, deje mamando al inspectorcito ese, las ventas,
            el bienestar del personal y su productividad, eran fabulosos, por eso no me sanciona-
            ron. Yo renuncie a Bavaria un domingo, como yo vivía en el hotel del pueblo, mientras
            me adecuaban mi vivienda, no habíamos hecho paseo ese día, estaba descansando a
            las 2 de la tarde y se me apareció mi dolor de cabeza, el doctor Chávarro, quiere saber
            que paso…?, que tal otro Vodka...? Seguimos charlando y le cuento, sino, dejemos así
            ahijadito.









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