Page 228 - Biografia
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Yo Beto: Una Historia Chévere para contar



               Para conseguir algo, había que atravesar dos potreros hasta la tiendita almacén, de
            la señora a la que le decían “la viuda”, que quedaba ubicada en el barrio al frente de la
            embotelladora, el puerto de teja.
               Don Pabón era el dueño de la tienda de la esquina, que quedaba frente a la embote-
            lladora de Coca-Cola en Fontibón que, en esa época, estaban haciendo. El éxito de su
            negocio, eran sus famosos matrimonios, un sándwich con pan blandito y en el centro,
            queso con bocadillo.
               Los tamales donde la viuda, los hacían por encargo, yo ya estaba como liquidador
            y los domingos, días festivos, 25 de diciembre o primeros de enero, tocaba hacer in-
            ventario de toda la planta, entonces, yo era el encargado de hablar con la viuda. El día
            jueves de esa semana, hable con ella para hacer un pedido de 40 o 50 tamales, ya que
            era para desayuno y almuerzo del grupo de inventarios, que generalmente trabajába-
            mos, de 6 de la mañana a 5 de la tarde si nos cuadraba el bendito inventario. Si desea
            más detalles, que tal una poker litro al clima, ya que fría me daña mi hermosa voz, sino,
            continuemos con este retrato a palo seco.
               Las llamadas de pánico a la embotelladora una semana cualquiera, un tipo que
            abrió una heladería frente a la embotelladora, cuando se le bajaban las ventas, des-
            cubrimos que llamaba al D.A.S, a la SIJIN, a la policía, a bomberos y lógicamente a la
            recepción de la embotelladora, que conseguía con esto…? Que nos evacuaran a los
            700 u 800 trabajadores que estábamos en ese momento, entre personal de producción,
            control de calidad, casino y administración, del susto y ya estando todos afuera, entre
            comentario y comentario, el tipo vendía todas sus paletas y conos. Las llamadas telefó-
            nicas eran: Hay una bomba y a la una de la tarde va a estallar







               En una de las ferias y fiestas de un pueblo  o municipio, de los 116 que tiene el de-
            partamento de Cundinamarca, cuando era promotor de aguardiente néctar, la noche
            del  reinado  con orquesta, donde  yo era el presentador  animador, eran  las  2 de la
            mañana, cuando de pronto, se me acerca un niño de unos 10 o 12 años y desde la
            escalera por donde subimos al escenario, donde yo estaba, me grita: “Los viejos que
            están sentados en esa mesa, le mandan esta razón”, me entrego un rollito de papel
            que decía:  “Oiga  flaco  h.p,  salúdenos  y  que  la  orquesta  toque  música  de
            Lucho Bermúdez”, mi saludo fue de inmediato, con atortole y todo, fue así:  “El saludo
            cordial  para  nuestros  amigos  que  vienen  desde  las  montañas  de  Colombia  a
            visitarnos”, fui y hable con el director de la orquesta y cuando le dije: “Maestro, con
            que set vamos…?”, me contesto: “Tales, tales y tales” y yo le digo: “Pues hermanito,
            hay que cambiarlo, porque los señores de allá al fondo quieren música de Lucho  Ber-
            múdez, que prefiere usted, cambiar el set o morir en el intento….?”, si quieren conocer
            más sobre esta historia, véala en un buen cine, cerca a su casa… no, mentiras…. Más
            bien, saboreemos una deliciosa aguadepanela con almojábana, Ahh…! Que ricooo…!
            O sino, dejemos así ahijadito.




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