Page 226 - Biografia
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Yo Beto: Una Historia Chévere para contar



               Lo mejor es que en las empresas, nunca notaron la falta de cubrimiento del camión ha-
            bitual de esa ruta. Quedamos como unos príncipes y yo cumplí con mi misión, sin saber.


            - El viaje a Coveñas, lo realice gracias a la colaboración de mi primo hermano, Hugo
            González, hijo del tío Humberto, hermano de mi madre. Hugo tenía un hotel, el Cam-
            pano, de una manzana de extensión, yo llegué a colaborarle como su administrador, lo
            que yo nunca me imaginé, fue la misión especial de mi Dios, sin saber. Hacia 4 años
            atrás, estaba la cariñosa y afectuosa tía de Hugo, conocida por nosotros en la familia,
            como la tía Nona o tía Leonor, sin saberlo, tan pronto llegue a Coveñas, a ella le cambio
            la vida, el desarrollo de esta misión especial, sin saberlo, me gustaría contársela a us-
            ted, mi estimado y apreciado lector o lectora, face to face, que es como me gusta contar
            estos retratos, recuerde que son para contar con un vaso de whisky en la mano o una
            copa granizada de ginebra, si le interesa, así lo haremos, sino, dejemos así ahijadito…!


               Yo creo que una  de mis misiones  especiales sin saberlo,  fue  el  viaje  a  puerto
            Berrío Antioquia, que está narrado en otro capítulo de este espectacular libro, con to-
            dos sus detalles. Esta misión, fue la de rescatar a mi amada Clemencia, como lo pude
            lograr antes de su muerte… cuando deseé se la cuento, sino, dejemos así ahijadito, por
            el momento, salud… y continuemos.


               Este retrato me salió largo, pero tocaba, fueron misiones especiales, encomenda-
            das por Dios, sin que yo supiera.





               Estos retratos, están hechos  para  recordar pasajes  agradables  de mi vida, por
            eso  hoy (octubre 5 de 2018), con la muerte de ese gran ser humano, Héctor Ulloa,
            “Don Chinche”,  recuerdo  esos ocho meses que duramos en campaña  publicitaria
            por los campos de tejo de Bogotá con él. Le demostramos a Bavaria y a la empre-
            sa de licores de Cundinamarca, por medio de representaciones continental donde yo
            era promotor de publicidad y ventas o locutor empresarial, que también los tejistas,
            profesionales o no, no solamente apostaban en las “manos” de tejo, un petaco de  cer-
            veza, sino que podían apostar media botella de aguardiente Néctar, verde, azul o roja.


               Aquí debo anotar que esta gran idea, fue del grupo de promotores de Néctar, en-
            cabezados por uno de los decanos de los promotores en Colombia, Raúl Espinosa
            Caballero, “El mocho viejo”, afortunadamente, mi padrino profesional. Tuvimos muchas
            reuniones con don Héctor Ulloa, en su casa (Chapinero alto). Entre él y yo, hicimos un
            equipo de trabajo extraordinario, permitía mi participación para enriquecer el personaje,
            la campaña fue todo un éxito. Si quiere saber más detalles, por ejemplo, sería que don
            Chinche tomaba su aguardiente en las presentaciones…?, lo invito a que disfrutemos
            de un granizado ron santa fe y le cuento. Ahh…! Que ricooo…! Chin-chin… sino, deje-
            mos así ahijadito.




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