Page 291 - Biografia
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Jorge Humberto Barahona González
En el Banco, yo ayudé a contar bul-
tos de café que descargaban del bar-
co donde veníamos, hacia las bodegas
del pueblo, esta labor la hice, gracias
a mi tía helena y a Amandita, ya que, a
esa edad, ya sabía contar hasta 100 y
eso le gusto al capitán del “Vasquezpe”.
Gracias a la forma de ser de mi ma-
dre y como debía estar pendiente de los
remedios para los callos de mi padre y mi
alimentación especial, ella estaba en con-
tacto con la tripulación del barco y lógica-
mente con el capitán, yo la pasaba del ca-
rajo.
Mis teteros eran especiales (recuerden
que yo tome tetero hasta los 8 años), de-
bían prepararse de cucharadita en cucha-
radita, sacándolas de 7 diferentes marcas
de leche en tarro, el biberón y las cucharitas, debían ser muy bien hervidas… o sea
que yo, si soy 7 leches…! Todo para que no me tirara las vacaciones. En el barco, al
capitán le gustaba que yo le contara historias y chistes (afortunadamente desde esa
edad, ya era bueno para eso) por tal motivo, desde muy temprano, me mandaba el de-
sayuno al camarote, igualito al que le daban a él, mis padres felices, luego nos llevaba
a la cabina de mando del barco y me dejaba mover esa rueda grande de madera, con
que se manejaban los barcos.
En fin, hay muchas cosas que se me quedan por contar de este viaje, el día que
quiera, estimado lector y lectora, se las cuento con mucho gusto, al calor de unos
deliciosos huesos de marrano, de donde “Las ojonas” en el barrio santa fe, con aji-
cito y ensalada de aguacate y encima para desvalijar (como decía mi padre), natu-
ralmente, un néctar verde granizado… si no le agrada… dejemos así ahijadito…!
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